Mostrando entradas con la etiqueta colectivo detroit. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta colectivo detroit. Mostrar todas las entradas

30 de septiembre de 2016

[5] El feel good me encuentra de nuevo, lectura top 10 y mientras que la música dure


¿No os ha pasado nunca que cuando aprendes un término nuevo lo ves después por todos lados? No sé exactamente la razón de este fenómeno, aunque probablemente sea porque desde ese momento eres consciente de que “eso” existe. Con lo cual, el verdadero “clic” está en el momento en que descubrimos que esa palabra, expresión, o lo que sea, nos interesa.

Como ya os comenté la semana pasada, yo hallé el término feel good hace apenas un par de semanas después de algún tiempo sabiendo que algunas de mis novelas favoritas tenían cosas en común que no me encajaban en ningún género en particular.

Después de este descubrimiento, hice una lista con novelas que encontré clasificadas como feel good y comencé a leer. Me decidí primero por La librería de los finales felices, de Katarina Bivald, un libro del que, por cierto, estoy sacando muchísimas recomendaciones interesantes. Y, fijaos como es la cosa que, cuando iba por la mitad de la novela, más o menos, me encontré esto:

“La gente solía pensar que las novelas feel good eran historias felices y banales, pero una auténtica feel good no se merecía ese nombre si no contaba con un par de asesinatos, accidentes, catástrofes y fallecimientos […] De lo que se trataba era de que no terminaran mal. Eran libros que uno acaba con una sonrisa, libros que hacían pensar que el mundo estaba un poco más loco, raro y bonito cuando levantaba la mirada de sus páginas”.

Casualidad o no, me topé con una nueva definición de novela feel good que no esperaba y que ahonda un poco más en alguna de las características del género: en los libros feel good también pasan cosas malas. Por ejemplo, entre las que yo os recomiendo en el blog hay personajes que sufren enfermedades duras, otros pierden familiares o amigos, algunos sufren separaciones o incluso hay quienes experimentan crisis de identidad. Pero en todos esos libros, sin excepción, el personaje trabaja tanto para salir adelante que la historia siempre termina bien.

Mi inmersión en el género también me ha llevado a leer esta semana una de los libros que va directo a mi top 10 de este año: El noviembre de Kate, de Mónica Gutiérrez, una novela entrañable en la que hay elementos dramáticos, por supuesto. En este caso, Kate, la chica del pelo esponjoso, las bufandas largas de colores y los zapatos de bruja buena, tiene que deshacerse del caparazón que la envuelve para protegerse de un jefe déspota, un trabajo mecánico, una familia que la ignora y un corazón dolorido que no le permite disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.

Lo bonito de esta novela y de las demás del género, o por lo menos lo que más me gusta a mí, es que vas viendo la evolución del personaje, progresivamente: sus dudas, sus problemas, sus esfuerzos, sus decisiones,… Y, al final, nos encontramos con alguien que ha comprendido la situación, que ha evolucionado y que ha mejorado su versión. Fijaos que no me refiero a “persona nueva” porque eso implicaría que se obvia el proceso de aprendizaje por el que pasa, que en realidad es lo más importante.

Entrevista a Mónica Serendipia


Para la semana que viene tengo más feel good porque os adelanto que me puse en contacto con Mónica Gutiérrez (Serendipia) para saber si ella me respondería a unas preguntas acerca de El noviembre de Kate y de las novelas feel good y me dijo que ¡por supuesto! Así que comenzaré octubre publicando esta entrevista en la que, de nuevo aprenderemos muchas cosas sobre el género feel good.

Un adelanto: ¿Sabíais que los años dorados de la literatura feel good fueron durante la segunda mitad del siglo XX, coincidiendo con la II Guerra Mundial? Para contrarrestar la angustia del día a día de la población civil, para ofrecer a los lectores cansados y a menudo asustados, un rato de evasión y entretenimiento con un libro en las manos empezaron a publicarse una serie de novelas de ficción que descartaban el realismo y la gravedad.

#ColectivoDetroit


Esta semana he participado en mi segundo reto del #ColectivoDetroit, que consistía en escribir algo mientras durara la música de entre cuatro canciones escogidas por mí. Al terminar la lista de reproducción, se acababa el tiempo de escritura. Y esto es lo que me quedó: una declaración sin respuesta…

#Leyendo


Esta semana, como ya os he dicho, terminé El noviembre de Kate y ahora estoy rematando también La librería de los finales felices. Todavía no sé por dónde voy a tirar después, así que la semana que viene os contaré… Lo que sí os puedo decir es que en La librería de los finales felices estoy encontrando muchas recomendaciones y tengo ganas de leer algo de Moa Martisson. ¿Os suena?

PD


Me gustaría introducirme en el mundo editorial primero como lectora profesional. ¿Alguien que pueda asesorarme en el tema? Mil gracias.


28 de septiembre de 2016

Colectivo Detroit: La declaración

El día que por fin me atreví, ella estaba sentada en la parada del autobús a una hora que no era la usual. Su pelo esponjoso y abultado por la humedad le daba un aire infantil; estaba enfrascada en un libro y, de vez en cuando, hacía algunos mohines e incluso emitía alguna carcajada corta.

Hacía dos meses que la veía en el mismo lugar, siempre a las 8, cuando yo paraba en el semáforo que coincidía con la parada 141 del 28, donde ella esperaba. Cada día de aquellos 61 quise acercarme aunque solo fuera para percibir su olor. Pero mis pies nunca podían ejecutar las órdenes confusas que enviaba mi cerebro.

El día que por fin me atreví llovía a mares, había un atasco monumental y yo llegaba tarde a mi cita imaginaria. Eran las 8:17 ¡pero ella seguía allí! Me envalentoné pensando que aquello podía ser cosa del destino o algo así. Asumí que no soy ningún héroe y dejé de hacer acopio de las quejas que nunca que me llevarían a ningún sitio. Me acerqué a ella, empapado:

- Me encantan los días de lluvia porque ponen patas arriba la manía controladora de los humanos sin que puedan hacer nada más que protegerse bajo un paraguas o empeñarse en su claxon en infinitos atascos esperando que no se trastoque demasiado su día. Y creo que si hemos coincidido hoy aquí aun rompiendo nuestra rutina diaria es porque quizá juntos podamos desafiar el orden establecido.

***

El ejercicio de esta semana consiste en escoger de 3 a 5 canciones sin pensarlo mucho. Elegir el orden de reproducción que más nos gusta, o atrevernos con el aleatorio. Coger papel y boli, o abrir el archivo de Word. Cuando le deis al PLAY, empieza vuestro proceso de escritura. Y acaba en cuanto se acaben las canciones que habéis escogido. ¿De qué vais a escribir, os va a dar tiempo a cerrar el texto, o quedará inacabado? Eso lo descubriréis una vez finalizado el ejercicio. El único requisito esta vez, como durante el ejercicio del trayecto: el tiempo de escritura se acaba cuando la música deje de sonar (y se entiende que escogemos pocas canciones para llevarnos al límite de nuevo. La realidad del ejercicio es esa: tendréis poco tiempo ;)).

Yo, en concreto, para escribir mi texto tuve 12 minutos y 26 segundos repartidos de esta manera:

Otras "respuestas" a este ejercicio del #ColectivoDetroit:

***

Y ahora las instrucciones habituales. Recuerda que puedes contactar con nosotras en colectivodetroit@gmail.com.

  1. Leer el “enunciado” del ejercicio.
  2. Interpretar el “enunciado” del ejercicio libremente.
  3. Escribir lo que te sugiera.
  4. Publícalo en tu espacio.
  5. Cuéntanoslo para que podamos enlazarte tanto en los comentarios como por las redes sociales.
  6. No olvides usar el hashtag #ColectivoDetroit, y disfrutar la participación al máximo.

23 de septiembre de 2016

[4] Adiós verano, novelas feel good y #ColectivoDetroit


El adiós al calor y la llegada de unas cuantas jornadas algo más frescas esta semana me ha avivado las ganas de leer. El frío me recoge después del despelote de la etapa estival y la lectura me arrulla y me da el calor que se llevan progresivamente los últimos coletazos del verano.

Estos días también he sentido la nostalgia de encontrar uno de esos libros que tanto me gustan, esos sobre historias en las que hay libros, hay amor o hay una persona que cambia su estilo de vida (o todo junto). Ya sabéis a qué me refiero: Brooklyn Follies, de Paul Auster; Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler; Los interesantes, de Meg Wolitzer; Olivia o la lista de los sueños posibles, de Paola Calvetti; La librería de las nuevas oportunidades, de Anjali Banerjee,…

He brujuleado mucho en busca de nuevos tesoros que mantengan vivas las constantes vitales de mis lecturas, y he encontrado algo que llevaba tiempo sabiendo que existía, pero a lo que no le había puesto nombre. Tampoco era necesario, porque alguien ya se lo había dado por mí.

El caso es que todas las novelas que os he puesto antes como ejemplo las podemos reunir juntas en un nuevo género que lleva vivo ya algún tiempo y del que he encontrado registros en Google desde el año 2013. Se trata, tatatachán de las novelas feel good.

Feeling good


Para mí, las novelas feel good son aquellas en las que un personaje con una actitud fuerte y positiva ante la vida, se enfrenta a un reto y consigue salir victorioso. El final, desde luego, es feliz, pero lo es porque el personaje va evolucionando y buscando para que así sea. Además, son libros en los que se respira positivismo, posibilidades, amor, amistad, familia y bonitismo.  Otra característica fundamental son los lugares en los que pasa todo, sitios de ensueño por los que cualquiera querría pisar.

De las que he leído y os he puesto como ejemplo, creo que por ahora la que más se aproxima a esta descripción es La librería de las nuevas oportunidades, de Anjali Banerjee, en la que Jasmine, la protagonista, es una mujer de negocios que decide trasladarse al sitio en el que se crió, Shelter Island (Seattle), tras divorciarse para encargarse durante un mes de la librería de su tía Ruma. En este libro hay un personaje fuerte, hay actitud positiva, hay un reto, hay posibilidades, hay amor, amistad, familia y un lugar ideal en el que instalarse: la librería de la tía Ruma (ya dije en la reseña que gustosamente me quedaría a vivir allí).

El descubrimiento de este género me ha alegrado mucho porque ahora sé dónde buscar cuando necesite una dosis de feeling good. Y tengo una lista enorme, por cierto. He empezado por aquí: El noviembre de Kate, de Mónica Gutiérrez y La librería de los finales felices, de Katarina Bivald. Y luego tengo pensado seguir por este otro lado: El hostal de las ilusiones, de Debbie Macomber; Clara y las abuelas canguro, de Tania Kratschmar;…

#Leyendo


La semana pasada terminé Un monstruo viene a verme, de Patrick Ness, la primera hornada de deberes de la tercera temporada del Club de Lectura de Parla Este. A pesar de que en un principio no estaría entre mis favoritos principalmente por el género (juvenil, fantasía), me ha parecido un cuento fluido, entretenido y con una historia reveladora: “Las historias son lo más salvaje de todo […] Las historias persiguen y muerden y cazan”. El día 7 de octubre se estrena en cines la película, que ha dirigido Juan Antonio Bayona.

Un monstruo viene a verme es el libro 22 de mi reto de 45 (que es muy probable que no termine con éxito este año). Había empezado a leer un libro de relatos de Doris Lessing, Relatos africanos y la verdad es que el primero me ha gustado mucho pero los libros de relatos no acaban de engancharme. Cuando le cojo el punto a la historia, termina y tengo que volver a situarme y no siempre lo consigo.
Así que ahora estoy, como os he dicho, a dos manos con mis nuevas novelas feel good de las que pronto tendréis noticias y algo más...

#ColectivoDetroit


Esta semana he participado en mi primer reto del #ColectivoDetroit, que consistía en escribir algo sin utilizar una de las vocales. Mi texto no lleva la letra A pero no me salió muy largo y en ocasiones es raro. Es muy difícil encontrar lo que quieres decir y si, encima, le quitas una de las letras más importantes del abecedario, pues ya me diréis.

De todas formas, es legible, así que aquí la entrada "Ser de", donde también podéis encontrar más información del Colectivo Detroit. En Twitter buscad por #ColectivoDetroit.

#Tuit


El tuit de esta semana, es una imagen. ¡Bienvenido!

Además...