He brujuleado mucho en busca de nuevos tesoros que mantengan vivas las constantes vitales de mis lecturas, y he encontrado algo que llevaba tiempo sabiendo que existía, pero a lo que no le había puesto nombre. Tampoco era necesario, porque alguien ya se lo había dado por mí.
El caso es que todas las novelas que os he puesto antes como ejemplo las podemos reunir juntas en un nuevo género que lleva vivo ya algún tiempo y del que he encontrado registros en Google desde el año 2013. Se trata, tatatachán de la literatura feel good.
Feeling good
El descubrimiento de este género me ha alegrado mucho porque ahora sé dónde buscar cuando necesite una dosis de feeling good. Y tengo una lista enorme, por cierto. Ni siquiera sé por dónde empezar: El noviembre de Kate, de Mónica Gutiérrez; La librería de los finales felices, de Katarina Bivald; El hostal de las ilusiones, de Debbie Macomber; Clara y las abuelas canguro, de Tania Kratschmar;…
#Recomendaciones
- Brooklyn Follies, de Paul Auster
- Olivia o la lista de los sueños posibles, de Paola Calvetti
- La librería de las nuevas oportunidades, de Anjali Banerjee
- El noviembre de Kate, de Mónica Gutiérrez
- La librería de los finales felices, de Katarina Bivald
- La reina de la casa, de Sophie Kinsella
- Heima es hogar en islandés, de Laia Soler
- Un hotel en ninguna parte, de Mónica Gutiérrez
- Los millones de Brewster, de George Barr McCutcheon
- El hostal de las ilusiones, de Debbie Macomber
- Tu año perfecto, de Charlotte Lucas
- La librería del señor Livingstone, de Mónica Gutiérrez
- Todos los veranos del mundo, de Mónica Gutiérrez
- Soñar bajo el agua, de Libby Page
- El café de los corazones rotos, de Penelope Stokes
#Entrevistas
#Reflexiones
- Adiós verano, novelas feel good y #ColectivoDetroit
- El feel good me encuentra de nuevo, lectura top 10 y mientras que la música dure