Vuelvo para reseñar un libro que elegimos para la reunión de este mes del Club de Lectura. Se trata de Estupor y temblores, una novela de la que la misma autora, Amélie Nothomb, dijo que era autobiográfica, y que cuenta la historia de una joven occidental (belga, para más señas) que consigue un empleo en una importante compañía nipona en Tokio.
Lo que sigue después es un relato espeluznante de cómo “trabaja” la sobre-jerarquizada sociedad japonesa: “El señor Haneda era el superior del señor Omochi, que era el superior del señor Saito, que era el superior de la señorita Mori, que era mi superiora. Y yo no era la superiora de nadie”.
En realidad no sé muy bien en calidad de qué entra a trabajar Amélie a esta empresa pero su primera función es contestar a una carta de su jefe. Todos los esfuerzos en vano porque cada vez que Amélie le presenta un borrador su superior acaba destruyéndolo. Después reparte el correo, sirve el café, cambia los días de los calendarios de sus colegas y hace fotocopias,...
Solo un buen hombre de la empresa le da, a escondidas, la oportunidad que estaba esperando pero cuando sus superiores se enteran, en especial Fubuki (la señorita Mori) entre en cólera y comienza a atribuirle los peores trabajos de que es capaz, hasta que la relega a limpiar los baños de la oficina.
Aun con esas, Amélie no dimite (en Japón dimitir debe de constituir un agravio para ambas partes) e intenta sacar el lado bueno de lo que hace hasta cumplir el año de contrato firmado. Entre todas estas peripecias, la protagonista y autora hace una radiografía de la sociedad nipona, de la jerarquía y del papel de la mujer, incluso de los suicidios en este país.
En definitiva, un libro fácil de leer, cortito y con el que, quieras que no, se establecen ciertas semejanzas con los trabajos occidentales de hoy en día: superiores mediocres, trabajadoras cualificados, trabajos repetitivos, tareas humillantes,… Para reflexionar.
El código social japonés
He leído en Internet que el código social japonés se sustenta sobre cuatro conceptos: la verticalidad en las relaciones (tate shakai), el culto a la forma (rei), la armonía social (wa) y la dualidad honne/tatemae. En Estupor y temblores se reflejan en cierta medida todos, aunque tengo la impresión (por favor, dejadme la vuestra si lo habéis leído) de que en el mundo empresa hay menos apego al tema de la cortesía o el mantenimiento de la paz y la armonía.
- Tate shakai: la sociedad japonesa no es una sociedad horizontal igualitarista, sino que es una sociedad vertical en la que no hay casi nunca una relación igualitaria o de reciprocidad y todas las relaciones van de arriba a abajo y nunca de igual a igual.
- Rei: hace referencia a la importancia que los japoneses otorgan a la forma, a la apariencia, a hacer las cosas bien, a la cortesía, a guardar las apariencias, a los buenos modales.
- Wa: es la intención profundamente japonesa de mantener la paz y la armonía en el grupo, una armonía absolutamente necesaria en las relaciones entre japoneses y que está por encima de toda lógica o sentimiento.
- Honne/tatemae: el primer concepto se refiere a los verdaderos sentimientos y deseos de una persona y el segundo, en cambio, a la fachada, es decir, la conducta y las opiniones que uno demuestra en público.
Me parece interesante el libro, fundamentalmente para conocer en más profundidad la cultura nipona, así que si tengo oportunidad lo leeré ;)
ResponderEliminarGracias por el descubrimiento.
¡Hola Cris! Gracias por el comentario. He visto en tu blog que ya has leído algo de Amélie Nothomb y que no te ha convencido del todo. Lo que más me gusta de "Estupor y temblores" es, como bien dices tú, el hecho de que descubres un poquito más cómo funciona la cultura nipona y más dentro del mundo empresarial.
Eliminar¡Espero que te animes a leerlo!
Un abrazo.
Hoy precisamente leí una reseña de otra novela de esta autora, también autobiográfica (Creo que la primera parte de esta novela que tú reseñas), pese a que me llama la atención no creo que lo lea a corto plazo, pero puede que sí que lo lea en un futuro. Un saludo!
ResponderEliminarLa verdad es que a primera vista yo también recelé un poco pero luego fue bastante ameno. Además, como es un libro muy cortito, no se hace pesado. ¡Ánimo!
EliminarFue el primer libro que leí de Nothomb, pero no el último, me gusta su particular punto de vista y el humor, aún cuándo el tema tratado sea realmente pavoroso.
ResponderEliminarDesde luego el tema te hace pasar bochorno en la mayor parte del libro... Pero es cierto que ella lo trata con cierta serenidad y con algún toque de humor, así que la desesperación y la rabia del lector se mitigan en ciertas partes...
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