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2 de octubre de 2015

Un vistazo a... Septiembre

Septiembre ha acabado con cierta gracia. La verdad es que no he escrito mucho, principalmente porque no me apetece, pero este mes me he esmerado con la lectura (teniendo en cuenta el tiempo de que dispongo, claro). Aunque mis retos de 40 libros y autores de la A a la Z aún van un poco retrasados, al 68% y al 64%, respectivamente, creo que lo conseguiré.


Libros…

Empecé septiembre cumpliendo con mi tarea del Club de Lectura de Parla Este. Habíamos elegido Vestido de novia, de Pierre Lemaitre y, como ya comenté en su correspondiente reseña, el argumento me pareció un poco de peli de serie B. Aun así, me dejé llevar y lo cierto es que finalmente me enganchó y lo leí rápido. Además, descubrí un nuevo libro de este autor, Nos vemos allá arriba, por el que le dieron el Premio Goncourt del año 2013. Podéis leer aquí el primer capítulo. Tiene buena pinta.

Una vez terminados los deberes, quise finalizar también uno de los retos a los que me apunté al comienzo del año. Se trata del reto Serendipia, gracias al que ya he leído Dejar las cosas en sus días, de Laura Castañón, y La amiga estupenda, de Elena Ferrante, uno de mis preferidos de este año. Para completar el reto me faltaría terminar de leer y hacer la reseña de Las damas del fin del mundo, de Ángeles de Irisarri pero la verdad es que la temática de este libro no va conmigo y no soy capaz de avanzar. Miraré en las bases del reto a ver si puedo cambiar a algunos libros de reserva que escogí.

Y un poco desanimada por eso, lo que hice fue rebuscar entre mis pendientes y rescatar un libro de Laura Norton (me faltaba la N en el reto de autores de la A a la Z), No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, una chick-lit a la española y bastante entretenida entre enredo y enredo. Y de esta chick-lit a otra que me gustó mucho más, de la escritora Sophie Kinsella. Se trata de La reina de la casa, una novela con la que me he reído bastante pero que me ha servido también para parar un momento, levantar la vista de las páginas y reflexionar sobre algunas cosas.

Y terminé septiembre con una escritora que me llevaba persiguiendo un tiempo, Virginia Woolf. Hice un primer intento fallido con La habitación de Jacob en inglés y después me puse en serio con La señora Dalloway, en castellano. Y descubrí por qué no entendía casi nada a pesar de tener un nivel de inglés aceptable. Virginia Woolf habla de sentimientos y si los sentimientos ya son difíciles de entender en lengua materna, imagínate en inglés. Ha sido un libro al que me he acercado despacio pero el resultado me gusta.

La cita del mes...

La he sacado de entre muchos apuntes de los libros de este mes. Ha sido una difícil elección porque rivalizaba con la que os dejé en la reseña de La reina de la casa, pero al final, me quedo con esta:
Nunca he entendido a esa gente que dice que solo existe el presente y que hay que disfrutarlo sin pensar en el ayer ni en el mañana. Como si el pasado y el futuro no condicionaran de manera determinante el presente. Como si fuera lo mismo el presente de un chaval de 20 años que el de un anciano de 80. ¿Acaso pesa lo mismo un presente en el solo hay futuro que un presente en el que ya solo queda pasado? - No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas.

Descubrimientos…

Como sabéis las redes sociales son una fuente ingente de información y este mes de septiembre he descubierto varias cosas, entre ellas, dos que me han llamado mucho la atención. Por un lado, está el Proyecto Gutenberg, del que os hablé en la reseña de La señora Dalloway. Se trata de una especie de librería online que aglutina textos principalmente de dominio público, y que te permite descargarte en epub de forma gratuita y legal 49.000 libros. Están en su mayoría en inglés pero también existe un repositorio interesante en castellano.

Por otro lado, quería hablaros de libros.com, una plataforma que publica libros a través de crowdfunding. Entre los que están ahora recabando apoyos me ha gustado mucho un libro ilustrado que se llama Humor de madre, de Silvia Sáez. Os dejo el enlace para que podáis ver un adelanto y contribuir, en la medida de vuestras posibilidades a que se llegue a publicar.

En octubre…

Y para el mes de octubre, varias cosas. Además del libro correspondiente del Club de Lectura, he comenzado con Palmeras en la nieve, de Luz Gabás. Muchos de vosotros probablemente ya lo habréis leído y yo lo he empezado por recomendación de una compañera. Por el momento, las primeras páginas han gustado de mi atención, lo que resulta ser una buena señal.

Además, el 3 de octubre sabremos quién es el ganador del sorteo de Alicia en el País de las Maravillas que he organizado junto a mi madrina del blog Valen más mil palabras que una imagen. El ganador se llevará un conejo blanco amigurimi y un pack de marcapáginas. Yo me encargaré de enviar el segundo y tercer premio, dos packs de marcapáginas.

Y, para terminar, decir solamente que en noviembre este blog estará de aniversario y estoy pensando alguna cosa para celebrarlo. Dentro de poco, habrá más noticias.

La señora Dalloway, de Virginia Woolf

Hacía tiempo que me iba encontrando a Virginia Woolf allá por donde navegara en busca de nuevos libros que leer. Y, además, un día de esos, me topé por casualidad con el Proyecto Gutenberg, una especie de librería online que aglutina textos principalmente de dominio público, y que te permite descargarte en epub de forma gratuita y legal, por supuesto, 49.000 libros.

Por entonces, tenía muy en mente a Virginia Woolf como ya os he contado, así que busqué en la web del Proyecto Gutenberg y encontré varios títulos como Night and Day o Jacob’s Room. Todo en inglés, claro (hay un apartado en español al que hago referencia más abajo). Y, aunque mi nivel de inglés es aceptable como para leer una novela, fue comenzar con Jacob’s Room y entender que para comprender a Virginia Woolf primero tenía que leer algo de ella en mi lengua materna. Así que fui a la biblioteca y tomé prestado uno de sus libros más conocidos, La señora Dalloway.

La sensación nada más comenzar fue bastante buena. Siempre me pasa cuando abro libros en los que los personajes no actúan, sino que cuentan sus emociones y desnudan su alma. A primera vista, La señora Dalloway narra un día del mes de junio de la vida de Clarissa Dalloway, una dama de la alta sociedad londinense que, para esa noche, está preparando una fiesta. Todo bastante banal hasta que… comienzan a desgranarse todos sus pensamientos y sus sentimientos con respecto a su marido, Richard Dalloway, su amor de toda la vida, Peter Walsh, su hija, Elisabeth, y un amplio abanico de personajes de su pasado y de su presente, a los que vamos conociendo entremezclados en el relato.

El texto se sitúa en Inglaterra tras la Gran Guerra y, aunque Clarissa Dalloway es la protagonista principal, se inmiscuye en la trama otra historia, aparentemente contraria, la de Septimus Warren Smith, un héroe de guerra traumatizado que lucha contra la depresión. Clarissa y Septimus se cruzan al principio de la novela y el desenlace también les hará coincidir, aunque de una manera diferente.

En la novela se tratan temas como la homosexualidad, la depresión, la locura, la estructura social de la Inglaterra de posguerra, la vanalidad del ser humano, la juventud, la vejez, el amor… Constantemente pone a los personajes en serios apuros sobre si lo que hicieron en determinados momentos de sus vidas fue lo correcto.

Por eso se pasa del pasado al presente e incluso a veces al futuro, para valorar, para probar, para refutar pasadas o futuras opciones… Todo narrado desde el discurso interior de los personajes, en especial Clarissa y Septimus pero también de Peter, de Richard, de Elisabeth, de Rezia,…

Me apasionan las novelas íntimas, en las que predominan los sentimientos más allá de los hechos y me he adentrado lo suficiente en La señora Dalloway como para pararme a pensar. Porque me gusta levantar la cabeza de la página que estoy leyendo y divagar un momento sobre algo. Y en este libro, lo he hecho en varias ocasiones.

Porque la verdad era que los seres humanos no tenían más amabilidad, ni más fe, ni más caridad que las que necesitaban para aumentar el placer del momento

Proyecto Gutenberg


Como ya he comentado en la entrada de esta reseña, el ProyectoGutenberg es una especie de librería online que aglutina textos principalmente de dominio público, bien porque se obtuvo la autorización del autor o titular de los derechos de autor, porque estos derechos ya han expirado y la obra se encuentra en dominio público, o porque se han puesto a disposición del público con el permiso de sus escritores.

Se pueden descargar en torno a 49.000 libros en diferentes formatos como el epub, el html o audios. La mayoría de los textos está en inglés pero también hay un buen archivo en español que podéis consultar aquí. Espero que os sea de utilidad.