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8 de abril de 2015

Claves para conocer la industria editorial: la comunicación

Creo que ha quedado bastante claro en este blog que me apasionan los libros y el mundo editorial. Pero es que, además, soy periodista. Ya decía en mi anterior entrada que, por defecto profesional, lo que más me chifla de toda la industria es la parte de la comunicación… Porque una vez que tenemos el libro escrito, editado, y bien peinado, listo para salir a las librerías, ¿habrá que darlo a conocer, no?

Y esa es de la parte de la que se encarga la comunicación, normalmente el gabinete de prensa, propio o externo, de una editorial. Antes de seguir, he de decir que me parece fundamental que una empresa de cualquier tipo cuide la forma en que se relaciona con sus clientes, proveedores, empleados, etc., y más ahora que tenemos herramientas tan a mano como las redes sociales.

En el caso de una empresa editorial la comunicación es esencial desde tres puntos de vista, tal como enumera Manuel Pimentel en el Manual del Editor: la de la propia editorial, y aquí estaremos forjando imagen de marca (¿recordáis el término “peste amarilla” en el vídeo del post anterior?); la de las actividades que organiza (por ejemplo, el prestigio del Premio Planeta); y la de los libros que edita.

No me diréis que no hay trabajo por hacer. Y es que cualquier editorial, por pequeña que sea, debería seguir un plan de comunicación bien estructurado que seguramente le reportaría grandes alegrías. Las acciones de comunicación a seguir son sencillas pero clave. Por ejemplo:

  • Primero, generar una buena red de contactos entre la gente del sector que, con llamadas, mails, reuniones, etc. se puede ir creando poquito a poco
  • Después, disponer de un boletín de novedades y mantener al día a todos los contactos
  • Remitir ejemplares de promoción pero no de forma indiscriminada, sino haciendo una selección por tipo de medio
  • Realizar promociones previas a la salida del libro para ir creando ambiente, reseñas exclusivas, rondas de medios,…
  • Hacer presentaciones de autores y libros en ruedas de prensa, desayunos, rondas de entrevistas…
  • Preparar y enviar a los medios un amplio dossier con información de la obra y del autor, destacando aquellos puntos que más nos interesen
  • Hacer un seguimiento activo de los libros del catálogo
  • Buscar oportunidades para ofrecer el libro por algún acontecimiento mediático

Haciendo amigos... también en Internet


Estas que he enumerado son acciones que se llevarían a cabo en un gabinete de prensa tradicional pero muchos de vosotros echaréis en falta una parte de la comunicación fundamental en estos tiempos: internet en general y las redes sociales en particular.

También os comenté en el post anterior que me llamaron especialmente la atención las palabras de la jefa de prensa de Anagrama en el vídeo de Jorge Herralde. Decía: “Antes había más suplementos, críticos, etc. Ahora todo esto está más disperso: blogs, páginas web,… los suplementos literarios han perdido fuelle”.

Esta reflexión nos deja entrever la manera en que ha cambiado la promoción del libro. Ahora no podemos sino concebir como imprescindibles acciones de comunicación como crear una página web del autor o del libro que promocionamos; el contacto con bloggers literarios; la creación de cuentas en las redes sociales; y otros como la creación de foros, chats, etc.

Estas fórmulas que permiten las nuevas herramientas de comunicación son solo un aperitivo. Hace poco leí un artículo sobre cómo The New York Times está aprovechando herramientas como Instagram para acercarse a los lectores más jóvenes. Y os dejo el enlace a un interesante estudio sobre los nuevos modelos de negocio en la era digital dedicado expresamente a los profesionales del libro. Dentro de poco, también post de análisis.

31 de marzo de 2015

Claves para conocer la industria editorial: del manuscrito al lector

Una vez que sabemos quiénes son las encargadas de llevar hasta los libros hasta los lectores (las editoriales, claro) ahora es momento de saber quiénes forman parte de la cadena, desde que el autor entrega un manuscrito hasta que llega a manos del lector.

Para ello, además de consultar el Manual del editor de Manuel Pimentel, me ha servido de mucha ayuda un reportaje de la serie "Los oficios de la cultura" de RTVE sobre la figura del editor Jorge Herralde y la editorial Anagrama que podéis ver a continuación.

Los oficios de la cultura - Editor: Jorge Herralde


Y, entre una fuente y otra, este es un resumen (porque, evidentemente, el proceso podría ser más complejo) de la creación de un libro desde que el manuscrito llega a la editorial hasta el lector.

FASE I: Llega el manuscrito


Cuando un manuscrito llega a una editorial, el editor  lo recibe, lo lee y valora si puede formar parte de su catálogo. Es el editor el que configura un catálogo con cierta armonía y coherencia, el que escoge la línea a seguir, todo ello manteniéndose en su tarea de estar atento al talento en el encuentro de nuevos autores.

FASE II: Este texto se queda


Una vez que se decide que el libro encaja en la editorial, comienza el trabajo del departamento de edición, el que se encarga de hacer el libro físicamente.

Para ello, antes se corrige el manuscrito, se maqueta y diseña, se ilustra si es necesario y se crea la portada. En el caso de ser un libro extranjero, se traduce.

“Se edita cuidando la belleza de las ilustraciones, el diseño de las colecciones, el interior del libro, buscando cuerpos y estilos de letra… Es lo que se llama emoción artesanal, el proceso del manuscrito que desemboca en un libro”, dice Jorge Herralde en el libro.

FASE III: Producción 


Una vez se ha maquetado, pasa al proceso de producción, en el que Pimentel distingue la preimpresión, una revisión para comprobar que el libro quedará tal y como se pensó en la fase de diseño, y la impresión y encuadernación.

FASE IV: comercial y distribución


Desde el departamento comercial de la editorial se trabaja en el precio y se crea una red de distribución adecuada para el libro que se vende en ese momento.

“Hacemos una distribución por cuotas en función del título del autor y del tema y, una vez hecha esta división, se hace otra por zonas y por vendedor”, detalla la persona encargada de la distribución en Anagrama.

Desde este departamento, por tanto, el libro se distribuye al mercado nacional pero también se gestiona el mercado de exportación y se tienen en cuenta los diferentes eventos (ferias, etc.) que se puedan plantear para su promoción.

FASE V: aterrizaje en las librerías


Después de un largo periplo, los libros llegan a las librerías. Aún quedan bastantes tareas por hacer como, por ejemplo, supervisar si la obra se ha colocado en las estanterías de la manera acordada.

La manera de ubicar los libros las mesas principales es clave porque es lo que primero que verá el lector cuando va a comprar. En el reportaje, el librero de La Central de Barcelona resalta que una característica del librero es la capacidad para asociar: el escaparate que montas, tiene siempre un sentido.

FASE VI: promoción


Esta es, por defecto profesional, la parte que más me gusta, y a la que me encantaría dedicarme, de paso sea dicho. Es el momento en el que desde el gabinete de prensa de la editorial se mueve el libro entre críticos, periodistas, redacciones culturales, bloggers,…

Este fenómeno lo trataré en un post aparte, pero me llaman sobremanera la atención las palabras de la jefa de prensa de Anagrama: “Antes había más suplementos, críticos, etc. Ahora todo esto está más disperso: blogs, páginas web,… los suplementos literarios han perdido fuelle”.

Y es que la promoción del libro que se hacía entre los medios de comunicación tradicionales ha cambiado totalmente de panorama: el fenómeno blogger es tan fuerte que las editoriales deben tenerlos en cuenta para llegar cada vez más a los lectores. Pero, además, de esto, continúan haciéndose ruedas de prensa, presentaciones públicas, ferias, encuentros con lectores, premios, etc.

Como digo, estas seis fases constituyen solamente un esquema del trabajo de la editorial  con el que nos podemos hacer una idea de cuál es la cadena que se sigue. Aún así, debemos tener en cuenta que esta industria requiere de muchos perfiles profesionales que, además, van modificándose a la vez que avanza el sector.

30 de marzo de 2015

Claves para conocer la industria editorial: las editoriales

Hace un tiempo, una amiga escritora me recomendó leer el Manual del editor. Cómo funciona la moderna industria editorial, de Manuel Pimentel (exministro de Trabajo y mediador) para comenzar a adentrarme en la industria editorial. Uno de mis sueños es trabajar en algo relacionado con los libros y ella me comentó que este libro me vendría muy bien para ponerme las pilas en relación con este mundillo.

Así que me hice con un ejemplar y comencé a leer sobre cosas que ya me sonaban pero, en realidad, me encontré con un manual que, a pesar de ser bastante compacto, ayuda  bastante a crear una idea amplia de cómo funciona la industria editorial.

Como se abordan muchos temas, voy a hacer varias entradas y la primera la dedicaré al panorama editorial español aunque, antes de nada, me gustaría dejar claras cuáles son las cuatro patas principales sobre las que se sostiene el libro final que llega a los lectores.

En la industria editorial tradicional contamos con el autor, el editor, el distribuidor y el librero. En el caso de la venta de ebooks, la figura del distribuidor desaparece, pasando los ejemplares directamente del editor al librero. Por cierto, que ya hay algunas editoriales tradicionales que también están tanteando otras maneras de distribución.

Concentración en grandes grupos


Ahora ya sí, con respecto a las editoriales, la industria editorial española está dominada por grandes grupos y, en concreto, destacan Grupo Planeta y Random House Mondadori. Además,  existen una gran cantidad de editoriales independientes como Anagrama, Tusquets y otras más pequeñas como Blackie Books, Capitán Swing o Alpha Decay, por poner solo algunos ejemplos.

Diagrama de la industria editorial española.

Dice Pimentel en su libro que uno de los rasgos de las editoriales actuales (en España pero en general en todo el mundo) es la tendencia a la concentración en grandes grupos que, en muchas ocasiones, están relacionados con los  medios de comunicación. Estos grupos continúan creciendo gracias a la adquisición de editoriales más pequeñas dispares en los temas que tratan y con fondos diferentes.

Parece ser que la concentración en grandes grupos continuará, algo que también les ocurrirá a otras de las “patas” de la industria editorial como la distribución y las librerías. Esto podría dejar cierto nicho de mercado a editoriales más pequeñas, que deberían hacerse sus propios huecos en las parcelas no cubiertas.

Para que os podáis hacer una idea de todas las editoriales que existen en España (seguro que me faltan muchas que iré agregando según se vayan cruzando en mi camino), os dejo un enlace a mi lista de editoriales en Twitter. Si la analizáis, aunque sea someramente, veréis que hay cerca de un centenar y que, tal como vaticina Manuel Pimentel en su libro, parece ser que hay huecos, bastantes huecos, que cubrir que dejan vacíos los grandes grupos editoriales.