1 de agosto de 2019

[24/2019] Una educación, de Tara Westover

Serie "Al murmullo del ventilador"

Desde que empezó el calor, no me despego del continuo runrún que emiten las aspas del #ventilador. Es tan hipnótico que, a veces, parece que se calla por momentos, aunque el simple hecho de pensar que no le oigo, me devuelve inmediatamente la atención a su #murmullo repetitivo. Sigue ahí, como un mantra de #verano. Es mi compañero de #lecturas, vamos juntos por toda la casa, buscando un rincón en el que abrir el #libro.


La serie "Al murmullo del ventilador" es una recopilación de reseñas
y recomendaciones de los libros de mi verano 2019

Capítulo 5: Lectura conjunta


La Feria del Libro de Madrid da voz cada año, a través de su micro, a representantes muy diversos del mundo del libro. La verdad es que hasta que no trabajé en esta última edición en la organización no había conocido esta iniciativa de la que saqué muchísimas reflexiones. Una de ellas me vino de la mano de Carmen Huertas, animadora a la lectura, y con la que me sentí muy identificada: “Cuando un libro te revuelve, para bien o para mal, te entra una frustrante necesidad de comentarlo pero, ¿con quién? Tus amigos conocidos no tienen por qué haberse leído el mismo libro que tú. ¿Cómo hacerlo entonces?”. Ella habla de una herramienta muy potente como son los clubes de lectura. Ya os he hablado en alguna ocasión que yo pertenecí al Club de Lectura de Parla Este y que en esta época conocí gente, lecturas e interpretaciones que jamás hubiera hecho leyendo yo sola.

Este mes de julio he repetido la experiencia del club de lectura, pero en una variante: la lectura conjunta. He leído, junto con un grupo de chicas en Instagram, el libro Una educación, de Tara Westover, y ha sido un placer compartir con ellas cada una de nuestras conclusiones.

Tenía ganas de leer este libro por varias razones. Más allá de que ha sido bastante sonado desde 2018, no quería dejarlo pasar porque me flipa el tema de la educación y sin abrirlo ya sabía que iba a encontrarme con una historia real muy potente en este sentido. Y así fue.

25 de julio de 2019

[23/2019] Matilda, de Roald Dahl

Serie "Al murmullo del ventilador"

Desde que empezó el calor, no me despego del continuo runrún que emiten las aspas del #ventilador. Es tan hipnótico que, a veces, parece que se calla por momentos, aunque el simple hecho de pensar que no le oigo, me devuelve inmediatamente la atención a su #murmullo repetitivo. Sigue ahí, como un mantra de #verano. Es mi compañero de #lecturas, vamos juntos por toda la casa, buscando un rincón en el que abrir el #libro.


La serie "Al murmullo del ventilador" es una recopilación de reseñas
y recomendaciones de los libros de mi verano 2019

Capítulo 4: Vuelta a la infancia


Matilda, de Roald Dahl


Cuando era pequeña, pasaba gran parte de las vacaciones en el pueblo, con mis abuelos. Entonces aún no me daba cuenta pero ahora sé que fueron algunos de los mejores de veranos de mi vida. La época estival es para los niños: tres meses rodeados de posibilidades sin demasiadas responsabilidades. Piscinas, bicicletas, amigos, playas, siestas y algún que otro quehacer, nada preocupante.

Para mí, este verano de 2019 está siendo como esos veranos de niña entre la piscina del tío Ciriaco, los juegos con mi amigo Jesús, las siestas que no quería echar y tomar el fresco por la noche en la puerta de casa hasta que me quedaba dormida. En realidad, las obligaciones adultas no me permiten que sea así al 100%, pero casi.

Así que, cuando estuve pensando en qué libros escogería para mi serie Al murmullo del ventilador, decidí incluir uno que me recordara a la infancia. Estuve dudando entre varios que tengo por las estantería de mi casa y que tienen más de 20 años, pero finalmente me decidí por una historia a la que, tanto mis hermanas como yo, dedicamos muchas horas: Matilda, de Roald Dahl.

18 de julio de 2019

[22/2019] Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez

Serie "Al murmullo del ventilador"

Desde que empezó el calor, no me despego del continuo runrún que emiten las aspas del #ventilador. Es tan hipnótico que, a veces, parece que se calla por momentos, aunque el simple hecho de pensar que no le oigo, me devuelve inmediatamente la atención a su #murmullo repetitivo. Sigue ahí, como un mantra de #verano. Es mi compañero de #lecturas, vamos juntos por toda la casa, buscando un rincón en el que abrir el #libro.



La serie "Al murmullo del ventilador" es una recopilación de reseñas
y recomendaciones de los libros de mi verano 2019

Capítulo 3: Verano en Madrid


Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán Gómez


Este año me toca pasar el verano en Madrid, sin vacaciones, algo que se está convirtiendo en una tradición. Las circunstancias de la vida, supongo. Pero quedarse en Madrid en esta época también tiene sus ventajas. Por lo general, los atascos y las masificaciones se trasladan unos 400 kilómetros al este y por aquí todo se queda más vacío, sobre todo durante las horas centrales del día, en las que las calles arden.

Mentiría si dijera que no me gustaría pasar estos tórridos días de calor, por ejemplo, en mi viaje platónico a Islandia pero, al fin y al cabo, aquí tampoco se está tan mal. Sobre todo, si me paro a pensar y retrocedo justo 83 años en el tiempo, a los días 17-18 de julio de 1936, cuando un suceso muy gordo marcaría definitivamente el verano, el año y la vida de mucha gente: estallaba la Guerra Civil Española.

11 de julio de 2019

[21/2019] Diez negritos, de Ágatha Christie

Serie "Al murmullo del ventilador"

Desde que empezó el calor, no me despego del continuo runrún que emiten las aspas del #ventilador. Es tan hipnótico que, a veces, parece que se calla por momentos, aunque el simple hecho de pensar que no le oigo, me devuelve inmediatamente la atención a su #murmullo repetitivo. Sigue ahí, como un mantra de #verano. Es mi compañero de #lecturas, vamos juntos por toda la casa, buscando un rincón en el que abrir el #libro.



La serie "Al murmullo del ventilador" es una recopilación de reseñas
y recomendaciones de los libros de mi verano 2019

Capítulo 2: Misterios


Diez negritos, de Agatha Christie


La lista de lecturas de mi blog pocas veces incluye títulos que traten temas de misterio, intriga, novela negra o thrillers. Sin embargo, no sé por qué, en los últimos años he asociado el calor de la época estival a este tipo de libros.

Justo hace ya cinco veranos, en 2014, leí el libro del momento, La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker, y lo disfruté mucho. En julio de 2018 volví a Dicker de nuevo con El libro de los Baltimore y el resultado fue también muy satisfactorio.

Este año tuve la oportunidad de escuchar al escritor en un encuentro con lectores en la Feria del Libro de Madrid y me quedo con una de sus reflexiones: “En un libro no se impone un modelo, sino que el autor y la obra están al servicio de la creatividad del lector. Además, provoca que quien lo lee se plantee preguntas sobre sí mismo”.

Los libros de misterio como los de Joël Dicker requieren la participación activa del lector. Escenarios, personajes, detalles… Es necesario estar atento a todo. Y, cuando ya te conviertes en el detective, como en el caso de Diez negritos, de Agatha Christie, no puedes dejar pasar nada por alto.

3 de julio de 2019

[20/2019] El crucero de la Chatarra Rodante, de Francis Scott Fitzgerald

Serie "Al murmullo del ventilador"

Desde que empezó el calor, no me despego del continuo runrún que emiten las aspas del #ventilador. Es tan hipnótico que, a veces, parece que se calla por momentos, aunque el simple hecho de pensar que no le oigo, me devuelve inmediatamente la atención a su #murmullo repetitivo. Sigue ahí, como un mantra de #verano. Es mi compañero de #lecturas, vamos juntos por toda la casa, buscando un rincón en el que abrir el #libro.



La serie "Al murmullo del ventilador" es una recopilación de reseñas
y recomendaciones de los libros de mi verano 2019

Capítulo 1: Viajes inolvidables


El crucero de la Chatarra Rodante, de Francis Scott Fitzgerald


Decía Jorge Herralde en el homenaje que le rindió la Feria del Libro de Madrid 2019 por sus 50 años de editor, que una de las tareas más importantes de su profesión es configurar un catálogo perfectamente identificable y fiable, para lo que la lectura es fundamental.

Estaremos de acuerdo en que el catálogo de Anagrama cumple a la perfección estas dos premisas: es tan identificable como fiable, por lo que, cuando descubrí El crucero de la Chatarra Rodante, de Francis Scott Fitzgerald, en su amarillo característico, decidí incluirlo en mi serie "Al murmullo del ventilador", la recopilación de los libros de mi verano 2019.

"Leer como editor es lo más sexy del mundo", dijo Herralde en su homenaje... Porque tienes la capacidad de descubrir autores que pueden convertirse en clásicos y porque compartes tus descubrimientos con el público. Y, vale que todos conocemos a Fitzgerald por El gran Gatsby, de la que el propio autor dijo: "He escrito la mejor novela de los Estados Unidos de América". Pero ¿de dónde venía antes de escribirlo?

11 de junio de 2019

Entrevista a Mimi Almita (sobre levantarse a las 5 am): "Lo importante no es si te despiertas a las 5, a las 6 o a las 3 de la mañana, sino la intención de encontrar ese tiempo para ti misma"

A finales del mes de abril comencé a adquirir el hábito de levantarme antes de mi hora habitual. Lo hice por dos cuestiones: primero, porque me daba la sensación de que, trabajando en casa, no aprovechaba bien el tiempo; y, segundo, porque necesitaba hacer hueco para esas cosas que siempre dejamos para otro momento (especialmente el ejercicio).

En esos días también estuve leyendo el libro Qué hace la gente exitosa antes del desayuno, de Laura Vanderkam y recogí frases interesantes como: “Antes de que el resto esté desayunando, la gente más exitosa ya se anotó victorias cotidianas que le ayudan a acercarse a la vida que quiere tener”. Pero, ¿qué hora es "antes del desayuno"? El libro no fija una hora en concreto, aunque, por los casos prácticos, pude intuir que estaríamos hablando de entre las 5 y las 5:30 horas.

Desde luego, en ese momento, no estaba preparada para despertarme a las 5 de la mañana y terminé por programar mi despertador a las 7 am. Los primeros días mi cuerpo ofreció bastante resistencia, pero la clave a por qué sucedía esto me la dio Enfermero Morfeo en una entrevista que le hice hace unas semanas: no estaba durmiendo lo suficiente.

El factor psicológico también influye muchísimo. La manera en la que te motivas para despertarte es fundamental y dar valor a las actividades por las que haces ese esfuerzo es un requisito para que las sábanas dejen de pesar. Si, además, estás rodeada de gente que hace lo mismo que tú, ya tienes mucho ganado. Y, gracias a Instagram, creamos un grupo de chicas que seguimos apoyándonos para conseguir nuestro propósito de madrugar.

Con todo esto, aún me quedaban algunas dudas que quise que me respondiera Mimi Almita, la reina de la organización slow en Instagram. Ella se levanta diariamente a las 5 de la mañana, es emprendedora y madre.

4 de junio de 2019

[19/2019] El síndrome de París, de Aniko Villalba

En colaboración con Wear it slow


Dicen que alrededor de una veintena de japoneses al año no puede asimilar la realidad de París cuando llegan por primera vez. La diferencia entre lo que imaginan que es y lo que en realidad es les supera: ellos esperan una ciudad perfecta y se encuentran otra más real, con sus virtudes, pero también con sus defectos. El resultado es que se sienten ansiosos y desilusionados. A esto se le llama el Síndrome de París.

En alguna ocasión, seguro que tú también has ido de viaje a algún sitio que no resultó ser lo que esperabas. A mí me ha pasado varias veces y, aunque al principio intentaba convencerme de que no era tan malo, ahora ya no lo hago. ¿Y qué si el lugar que he elegido no es lo que yo pensaba?

Nos hemos acostumbrado a anticipar lo que vamos a encontrar en cualquier lugar del mundo, independientemente de lo lejos que esté. Nos dejamos influir por fotos, comentarios, guías, el GPS … Y matamos el componente sorpresa de los viajes. Además, nos gusta llenar nuestras agendas, programar decenas de visitas… Y nos olvidamos de ver, de intercambiar palabras, de armar nuestro propio itinerario, de callejear…

29 de mayo de 2019

[18/2019] Que no te quiten el sueño, de Eduard Estivill

Hace unas semanas, después de leer el libro Qué hace la gente exitosa antes del desayuno, de Laura Vanderkam, me propuse añadir a mi rutina diaria el hábito de levantarme más temprano. Lo que pretendía conseguir era alcanzar los objetivos que me estaba marcando en el terreno laboral y personal. Las conclusiones las publicaré en una nueva entrada el jueves, porque hoy de lo que os quiero hablar es de un tema que me preocupaba bastante relacionado con levantarnos temprano: el sueño.

En un apartado de la reseña, os decía que, para madrugar, casi que era necesario programar el despertador también para irnos a la cama. De esa manera, venceríamos la resistencia que opone el cuerpo a la hora de levantarnos. Porque, efectivamente, la sensación de que nos pesan las sábanas sucede cuando no hemos dormido lo suficiente. Puede haber muchas razones pero, en este artículo, solo me voy a referir a aquellas que no están relacionadas con alguna patología porque, en ese caso, lo recomendable, es acudir a un especialista.

Para aclararme en cuestiones de sueño, he estado leyendo estos días el libro Que no te quiten el sueño, del doctor Eduard Estivill (que conoceréis porque su método para dormir a los niños es muy famoso), y he entrevistado a Álex Pastor (@enfermeromorfeo), enfermero especialista en trastornos del sueño.

23 de mayo de 2019

[16] Libros duros, el legado del que se va y gracias Eduard Punset

El martes pasado, al hilo de la reseña del libro Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom, hacía en Instagram una encuesta para saber si os atraían o no libros de temas duros como ese (que trata del proceso de una persona con una enfermedad neurodegenerativa progresiva como es la ELA). De las personas que respondieron, un 56% dijo que sí, que leían libros de este estilo, y el resto respondió que no.

Me apetecía saber si preferís evitar en vuestra lista de lecturas cuestiones dolorosas porque a mí, desde hace años, me encantan los libros que me hacen reflexionar sobre ellas, aunque me den respeto. Me pesa más la curiosidad de entender cómo vive alguien una situación así que la resistencia de mi cerebro a afrontar pensar sobre el tema.

21 de mayo de 2019

[17/2019] Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom

La reseña del libro de hoy, no podría publicarla más que un martes, haciendo honor a la historia de los dos protagonistas: Morrie Schwartz y Mitch Albom. Ellos mismos, a lo largo del texto, se definen como "personas de los martes". ¿Y qué significa esto? Para nosotros desde fuera puede que nada, pero adquirirá sentido si te digo es que el típico chascarrillo que todos compartimos con personas con las que tenemos una relación muy estrecha, eso que nos vincula. ¿Te suena, no?

Martes con mi viejo profesor, de Mitch Albom es un libro biográfico que narra la historia real de Morrie Schwartz, un profesor de sociología de la Universidad de Brandeis (Massachusetts), y Mitch Albom, alumno y amigo suyo. Después de acabar la universidad y tras una relación de amistad muy estrecha entre ambos, Mitch sigue su camino en la vida y pasan años antes de que vuelvan a verse. Lo que ninguno sabe entonces es que su reencuentro estará marcado por la enfermedad terminal que sufrirá Morrie. Y por un programa de televisión.

15 de mayo de 2019

[16/2019] Volverás a Alaska, de Kristin Hannah

El año pasado leí una novela preciosa de Kristin Hannah, El baile de las luciérnagas, con un mensaje que difícilmente voy a olvidar nunca. Fue uno de esos libros de evolución de vida que tanto me gustan, al estilo de Los interesantes, de Meg Wolitzer, y Canciones de amor a quemarropa, de Nickolas Butler, con unos personajes y una narración envolventes.

Hace unas semanas, según mi método de elección de lecturas basado en "lo que el cuerpo me pida en el momento", sentí que sería buena idea volver a una novela de evolución, es decir, aquella en la que acompañamos a sus personajes, a lo largo de los años, en la vida misma. Y pensé que con Kristin Hannah y Volverás a Alaska lo tenía asegurado. Y así fue.

9 de mayo de 2019

Cinco libros con personajes de ficción que te encantaría conocer

Cuando nos acercamos a un libro nuevo, la historia que cuenta es fundamental para que nos quedemos en él. Por ejemplo, a mí me encanta el género feel good, novelas que en las que se respira positivismo, posibilidades, amor, amistad, familia y mucho bonitismo en general. Sé, por mis preferencias, que este tipo de lecturas son un acierto fijo.

Sin embargo, estoy convencida de que podría acercarme a casi cualquier libro, de cualquier temática, siempre y cuando hiciera buenas migas con el personaje. Porque, todos los sabemos, hay personajes que son historias en sí mismos y tienen personalidades tan fuertes que lo envuelven todo. Y, cuando eso ocurre, te quedas a vivir en su universo. Sea cual sea, esté donde esté. No quieres que termine nunca.

Hay un sinnúmero personajes de novelas que he leído a los que me encantaría conocer en carne y hueso. Les preguntaría, me pasaría horas hablando con ellos. Como son muchos, aquí he hecho una selección con cinco que me han parecido maravillosos en los últimos años. Espero que, si te animas a leer estos libros, los disfrutes tanto como yo.

7 de mayo de 2019

[15/2019] Qué hace la gente exitosa antes del desayuno, de Laura Vanderkam

En colaboración con Wear it slow


Mi despertador suele sonar alrededor de las 7:30. Por lo general, lo apago rápidamente y… lo confieso: me doy un rato más en la cama. Eso implica que todo lo que tengo en mente para ese día vaya con retraso desde primera hora; que tenga que correr más de la cuenta sin darle a cada actividad el tiempo que necesita; y que renuncie a cosas prescindibles en ese momento, pero que me gustaría hacer.

Puede que sepas a qué me estoy refiriendo: ejercicio, cuidado personal más allá de la ducha, desayuno pausado, meditación, escritura personal… En resumen, todas esas actividades que, como diría mi abuela, no piden pan, y que solemos dejar para cuando tengamos un tiempo que nunca llega.

Sin embargo, leyendo e informándome sobre el tema, llegué a esta afirmación que plantea la autora americana, Laura Vanderkam, en su superventas Qué hace la gente exitosa antes del desayuno: “Estoy firmemente convencida de que podemos construir vidas que deseamos con el tiempo que tenemos”.

30 de abril de 2019

Cinco libros de ficción con los que aprender historia (y que no son novelas históricas)

Ya os he contado en varias ocasiones que mi lista de lecturas dice mucho de mí, tanto por los libros que leo como por los que no. Por ejemplo, en ese listado encontraréis muy poca novela histórica, aunque una de las cosas por las que la lectura tiene mucho sentido para mí es el aprendizaje continuo que supone.

Con esto quiero decir que, a pesar de que el género de la novela histórica no es una prioridad en este momento, sí que me gusta aprender historia, y lo hago a través de novelas que se encuadran en ciertos contextos históricos. Por eso, hoy traigo una relación de cinco novelas para curiosos que, como yo, disfrutan con un buen libro de ficción enmarcado en un tiempo histórico real. Aquí va la lista.

25 de abril de 2019

Entrevista a Capitán Denim: "La mayoría de nuestros empleados son de Madrigueras y también los hay de Casas Ibáñez o Albacete"

Este 24 de abril se cumplen seis años desde que el edificio Rana Plaza, en Bangladesh, donde se alojaban los talleres de confección de algunas grandes marcas, se derrumbó dejando 1.138 fallecidos y 2.500 heridos. Ese día constituye el punto de partida del Fashion Revolution, un movimiento que reclama justicia y transparencia en el ámbito de la moda.

Todos los años por estas fechas, podemos ver fotografías en las redes sociales en las que se cuestiona a las marcas la autoría de la confección de su ropa bajo el hashtag #whomademyclothes (¿quién hizo mi ropa?).

Yo le hice esta pregunta al equipo de Capitán Denim el pasado mes de septiembre. Ellos son una marca de ropa con muchos años de experiencia en el mundo de la moda con base en Albacete. Y, ¿quiénes hacen las prendas que ellos venden? Pues los vecinos de los pueblos de alrededor a la fábrica. Así de simple.

23 de abril de 2019

[14/2019] El disputado voto del señor Cayo, de Miguel Delibes

Pocas veces hasta el momento he releído algún libro. Hasta que, pensando en uno que pusiera en contexto el momento electoral por el que pasaremos en las próximas semanas, se me vino a la cabeza El disputado voto del señor Cayo, de Miguel Delibes, que leí hace unos cinco años en el club de lectura al que pertenecía.

Esta novela es una de las menos conocidas de Delibes pero, igual que me pasó con Señora de rojo sobre fondo gris, es una de mis preferidas de todos los tiempos. Incluso diría que El disputado voto del señor Cayo es uno de mis imprescindibles.

Como toda la prosa de Delibes, la de este libro es espectacular: cuidada al detalle, con un vocabulario extenso, precioso, muy de la época en la que se encuadra. Publicada en 1979, la novela consigue en poco más de 100 páginas, generar un retrato fiel del momento político y social que se vivía en España tras la muerte de Franco.

17 de abril de 2019

[13/2019] Vivir con abundancia, de Sergio Fernández

He de ser sincera. Cuando cogí este libro de la biblioteca, pensé que sería un manual sobre cómo conseguir dinero, ya que lo que quería era escribir acerca de métodos de gestión de la economía. El malentendido estuvo en la interpretación que hice de la palabra abundancia, aunque no tardé muchas páginas en darme cuenta de que debía cambiar la perspectiva si quería entender de qué iba aquello.

Vivir con abundancia, de Sergio Fernández es un manual para entender que la abundancia no tiene que ver solo con la riqueza económica, sino con la riqueza en armonía de todas y cada una de nuestras facetas como ser humano. Y, para encontrarla, existen tres premisas claves:

11 de abril de 2019

Yurena González, de EcoBlog Nonoa: "En el camino de la sostenibilidad deberíamos ir paso a paso, sin conformarnos, pero sin exigirnos una perfección que no existe"

Ya os contaba en la reseña de Mejor sin plástico que llevo dos años transitando el camino de la sostenibilidad. También os decía que en este tiempo las cosas no han sido ni fáciles ni perfectas. No es fácil desmarcarse de los patrones establecidos y, como dice el refrán japonés que he escuchado en la peli del antihéroe español, Super López, "clavo que sobresale, pide martillo".

Sin embargo, cuando tu cabeza hace "clic" no puedes silenciar lo que te está diciendo y seguir en su contra. Así que, desde ese día, pese a todo y con mucha ilusión, empiezas a hacer pequeños cambios. Que si vas a comprar con unas bolsas de tela; que si cambias el coche por el carro de la compra; que si pruebas un champú sólido; que si sales a la calle con tu botella de agua reutilizable,... y, así, progresivamente.

También hay días en los que te has olvidado las bolsas de tela en casa; llegas tarde y tienes que coger el coche; o llevas el pelo grasiento porque has usado demasiado aceite de coco para hidratarlo,... Esto también pasa, y muchas veces nos desanima en el camino que estamos transitando. Por eso, he querido preguntarle a Yurena González sobre su experiencia de tres años en este proceso que, además, recorre con su marido y sus dos hijos.

9 de abril de 2019

[12/2019] El café de los corazones rotos, de Penelope Stokes

Cada cierto tiempo, vuelvo a la literatura feel good. Son momentos de recogimiento personal, esos en los que buscas respuestas quizá sin, si quiera, tener una pregunta. Y, buscando nuevas adquisiciones, encontré esta novela tan del estilo de lo que estaba buscando: reconfortante, sin pretensiones, pero con moraleja. Se trata de El café de los corazones rotos, de Penelope Stokes.

Dell Haley acaba de quedarse viuda en un pequeño pueblo de Misisipi, donde parece ser que todo el mundo, menos ella, sabe que su marido, Chase, le era infiel. Pero es que, además, Chase, la ha dejado en la ruina. Con el ánimo por los suelos, sin dinero y sintiéndose incapaz para emprender algo por ella misma a sus 51 años, a Dell no le queda otra que salir a buscarse la vida, y decide arriesgar a todo o nada lo poco que le queda.

4 de abril de 2019

Mery, de Muy Mery: "Nos dejamos solas por miedo a ser nosotras mismas [...] Para no hacerlo, un buen inicio es observarse mucho, estar en intimidad"

Los podcast están de moda, y es algo que, para una amante de la radio como yo, supone una alegría tremenda. Me paso buena parte del día con los auriculares puestos, escuchando bajo demanda temas que me interesan. Cómo no, mis podcast favoritos del momento son el de Charuca (Jefa de tu vida), el de Cristina Mitre y en el Balamoda (El podcast de los sueños), pero yo me inicié en esto con Muy Mery hace casi ya dos años.

Mery Cirach es pionera por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. Fue una de las primeras en distribuir sus contenidos en formato podcast aquí en España y el día que escuché su intro, me quedé loca. ¿Qué era eso de "El mundo está lleno de ruido. Apágalo. Baja el volumen de tu vida y enciéndete. Siéntete salvajemente libre y ligera"? Pues justo eso, contenido nuevo para mí, gracias al que he conectado mucho conmigo misma en este tiempo.

A pesar de que aún no he tenido la oportunidad de hacer "El viaje", lo que Mery comparte semanalmente en el podcast y en Instagram, sumado a su voz... ES MAGIA. Te dejo con sus palabras,... y con su voz.

2 de abril de 2019

[11/2019] Mejor sin plástico, de Yurena González

Siete claves y cientos de trucos para disfrutar de una vida sostenible

Mi relación con la sostenibilidad está a punto de cumplir dos años, un hecho que, para una veleta como yo, significa que el tema se ha instalado en mi vida para siempre. Empecé preocupándome por la ropa que vestía, después por la comida que consumía, luego por los plásticos que compraba y, así, hasta que me di cuenta de que todo formaba parte de algo más grande: las ganas de vivir de forma más consciente y libre.

También es un hecho que en dos años no todo ha sido fácil ni perfecto, pero conocer las experiencias de otras personas me ha ayudado a evolucionar. Durante este tiempo he leído muchos blogs y libros que me han aportado claves, pistas, trucos y reflexiones en los momentos de ganas, curiosidad, dudas y bajón, que también los hay.

Uno de los libros con los que me he sentido más identificada últimamente es el de Mejor sin plástico, de Yurena González, autora del EcoBlog Nonoa. Lo que más me gusta de esta guía para vivir sin plástico es que recrea, con humor, naturalidad y soluciones, situaciones por las que hemos pasado alguna vez quienes estamos en este proceso. ¿O acaso no te has sentido un poco extraterrestre cuando llevas tus bolsas y envases a la compra? ¿O no te has decepcionado cuando tu desodorante casero te abandona en el momento menos oportuno?

26 de marzo de 2019

[10/2019] El sol y sus flores, de Rupi Kaur

Dicen de Rupi Kaur que tiene tantos admiradores como detractores y yo me voy a declarar aquí de los primeros. Me fascina que una chica de tan solo 26 años tenga dos poemarios que reflexionan sobre temas tan complejos de la vida como lo hace ella. Ojalá hubiera tenido yo esa madurez emocional a su edad.

El sol y sus flores (The sun and her flowers -nótese el her, su femenino en inglés-) es su segundo libro publicado y su estructura es una metáfora de las fases por las que pasa una flor: marchitarse, caer, arraigar, levantarse y florecer. Dentro de cada uno de los capítulos, poemas de amor y desamor pero, ¡oh, sorpresa! También poemas sobre las raíces, las mujeres, la sororidad, la familia, el cuerpo, la inmigración, el legado,...

Cuando abrí El sol y sus flores tras haber leído algunas críticas acerca de la autora, esperaba poemas de amor adolescentes que creí que me recordarían a los que escribía yo en su momento. Pero no. Rupi Kaur habla sin tapujos acerca del cuerpo de la mujer, de la violencia contra las mujeres, de la relación que tenemos con nosotras mismas; honra a su madre y a sus antepasados, a la vida y a la muerte.

21 de marzo de 2019

Cynthia Bagué, sobre su año sin comprar ropa: "Después de ese tiempo sin someterte al juicio del espejo de una tienda, la autoestima está mucho más alta"

Este mes de marzo hará un año que no me paseo por tiendas, ni físicas ni virtuales, para comprar ropa. Lo último que me compré fue esto. Marzo de 2018. No fue algo premeditado, solo pasó y llegó un día en que me di cuenta de que llevaba meses sin comprarme nada. Y así, hasta hoy. No echo de menos nada, no tengo mono de ropa y me siento muy aliviada de no tener que ir de compras. Este invierno no he usado ni el 30% de la ropa que tengo en mi armario reducido y las únicas cosas que han entrado han sido algunas chaquetas que rescaté del armario de mi abuela, dos jerseys de un intercambio de ropa y un par de regalos (mallas y sudadera de deporte). Continuaré sin comprar nada hasta que lo necesite y, lo que sí tengo claro es que, cuando lo compre, tendrá que ser algo que me dé felicidad, como dice Marie Kondo, y que esté acorde con mis valores.

A este estado he llegado sin apenas esfuerzo, es más, con cierto alivio de no tener que someterme a las compras estandarizadas de cadenas de moda con las que no me identifico. Y, por supuesto, he llegado inspirada por chicas como Cynthia Bagué, bloguera de moda que en el año 2016 decidió que estaría un año sin comprar ropa.

Tuve la oportunidad de entrevistarla en agosto del año pasado para un proyecto que finalmente no cuajó, pero no quería perderme la oportunidad de compartir todo lo que hablamos en ese ratito que compartimos en el Museo del Romanticismo de Madrid en una conversación súper sincera sobre moda y la evolución natural de la vida.

19 de marzo de 2019

[09/2019] La felicidad después del orden, de Marie Kondo

Ahora que el método KonMari se ha puesto de moda por la serie sobre organización que emite Netflix, he vuelto a Marie Kondo, pero esta vez a su segundo libro, La felicidad después del orden. Hace un par de años reseñé su éxito mundial, La magia del orden, y, tras esta segunda lectura, he sacado dos conclusiones: la primera, que si has leído La magia del orden, no es necesario que leas La felicidad después del orden. En este último libro, se resume, en esencia, lo que ya enseñaba en el primero, salvo algunas puntualizaciones.

La segunda conclusión es que, aparte de aquello que saqué de provecho en La magia del orden, no he conectado mucho con esta segunda lectura. Lo más probable es que yo me encuentre en un momento de vida diferente y ese sea el motivo. Pero me explico un poco mejor.

Básicamente, el método Konmari consiste en ordenar tu casa de tal manera que solo te quedes con las cosas que te producen felicidad, aquellos con los que te sientes bien. Pero, para llegar a este punto, tienes que coger con tus manos cada objeto que posees y evaluar qué sientes. Si te da alegría, consérvalo, aunque sea una excentricidad. Si dudas, quizá sea el momento de darle las gracias y dejarlo ir. Y, si definitivamente no sientes alegría alguna, agradece su papel en tu vida y deséchalo. De esta manera, en tu casa solo tendrás cosas que te inspiren alegría y disfrutarás de ellas con mayor plenitud.

14 de marzo de 2019

[13] Por dónde empezar en la literatura asiática

Este mes de marzo es el mes de la literatura asiática en los canales de Magrat Ajostiernos y he querido unirme leyendo un par de novelas y haciendo algunas reflexiones.

Empiezo por las reflexiones. Haciendo inventario de lo que he leído hasta el momento, la conclusión es que, sobre todo, mis estanterías están llenas de libros japoneses. Hubo un momento hace unos años en que me obsesioné por la literatura nipona y lo contaba aquí debido a que en ese momento empecé a leer mucho acerca de la muerte. Y, si hay una constante en los libros japoneses, esa es la muerte, aunque luego me di cuenta de que, a pesar de la apariencia pesimista, la búsqueda de la identidad y de la felicidad son temas recurrentes: lejos de ser textos tristes o deprimentes, arrojan reflexiones para los que se quedan y apuestan por la vida, a pesar de las dificultades. Son novelas escritas para los que creen en el amor, en la amistad y en la existencia en general.

Además de novelas japonesas, he tenido algún que otro contacto con la literatura china, india y afgana, en menor medida. Por ejemplo, he leído a Amy Tan (china), a Pearl S. Buck (china), a Anchee Min (china), a Khaled Hosseini (afgano) y a Anjali Bernajee (india). Lo que pasa es que todos los libros que he leído de ellos tienen algo en común: el autor refleja un fuerte apego al mundo occidental y, en especial, a los EEUU. Aún así, son lecturas en las que se puede conocer mucho más acerca de la cultura raíz del escritor y son fáciles de abordar.

Con todo esto, ¿por dónde podemos empezar si queremos acercarnos un poco a la literatura asiática? Aquí van mis recomendaciones.

13 de marzo de 2019

[08/2019] El club de la buena estrella, de Amy Tan

Este mes es el #marzoasiático de Magrat Ajostiernos, y me he querido sumar a la iniciativa porque, a pesar de que sí que me he acercado a este tipo de literatura, casi siempre ha sido a autores nipones.

Así que, en esta ocasión, he elegido un clásico como es El club de la buena estrella, de Amy Tan. Cierto que esta escritora no es china, sino americana, ya que nació en Oakland, pero es hija de inmigrantes chinos y esta novela trata un tema muy interesante: cómo viven los hijos de inmigrantes las raíces de sus ancestros. Pero es que, además, este libro analiza la relación entre madres e hijas, expectativas, sueños, realidades y cambios de generación.

La madre de Jing-Mei Woo acaba de fallecer y sus tías postizas (amigas de su madre, inmigrantes chinas en Estados Unidos) quieren que ella ocupe su puesto en el Club de la Buena Estrella, un encuentro que les sirve de excusa para reunirse y hablar de sus cosas. Aquí es donde Jing-Mei se entera de un secreto que desconoce de su madre y que le va a cambiar la perspectiva de la relación con ella, una vez fallecida, y también con sus raíces.

7 de marzo de 2019

[07/2019] Libera tu magia, de Elisabeth Gilbert

Siempre he creído que podría dedicarme en la vida a escribir poemas y venderlos por las calles de Montmartre. Al fin y al cabo, me gusta escribir y me encanta Montmartre. Sería un buen plan si obviamos ciertas cosas de mi carácter que se resisten a llevarlo adelante. Por ejemplo, la incertidumbre me mata y también la sensación de impostora o de no considerarme realmente escritora (por no hablar de las cuestiones económicas).

Vivir de forma creativa, no es fácil. Es más, según Elisabeth Gilbert en su libro Libera tu magia (Big Magic en inglés) vivir de forma creativa es cosa de valientes y, si quieres ser creativo, lo primero que has de hacer es hueco al miedo (porque la incertidumbre, el síndrome del impostor, el tema del dinero o llama como quieras a aquello que te come por dentro,… todo es miedo).

Y, ¿cómo le hace uno hueco al miedo? Entendiendo que todo lo que te produce esa sensación es algo colateral asociado a la creatividad; y aprendiendo a desmontar y relativizar lo que te pasa por la cabeza. Esto es lo que dice Elisabeth Gilbert.

28 de febrero de 2019

Carla Llamas, de La Maleta de Carla: "Me hace feliz trabajar para mí misma y poder hacerlo desde cualquier lugar del mundo"

La entrevista de hoy me hace especial ilusión porque vamos a hablar de tres de las cosas que más me atraen en este momento de mi vida: viajes, emprendimiento y sostenibilidad. Y es que la protagonista, Carla, del blog La maleta de Carla, une todas estas cualidades en una armonía preciosa que se refleja en la eterna sonrisa de sus fotografías y stories de Instagram.

Esta entrevista la hice el pasado verano para un proyecto que finalmente no llegó a cuajar, pero no quería perder la oportunidad de publicarla aquí por varias razones: primero, porque me encantan Carla y su trabajo; segundo, porque de sus respuestas podemos extraer muchas cosas que aplicarnos en nuestra vida; y tercero porque ella ahora está en EEUU y en sus redes sociales podréis ver parte de su viaje sin plásticos.

21 de febrero de 2019

[12] Cinco novelas recomendadas para amantes de las librerías

Entre las ciento y pico reseñas que llevo escritas en este blog a día de hoy, hay libros de todo tipo, aunque está claro que algunos temas sobresalen por encima de otros porque, simplemente, me chiflan. Por ejemplo, puedes encontrar mucho feel good, viajes, introspecciones, japoneses,... Dependerá un poco del punto de vida en el que me encuentre pero, por lo general, encontrarás menos novela negra y de fantasía que libros de desarrollo personal.

El género del que voy a hablar hoy (y sí, lo llamo género) tiene ese halo halo romántico y nostálgico que tanto nos atrae a los amantes de los libros y al que pocas veces nos resistimos. Se trata de las novelas sobre librerías.

En los últimos años he leído muchas novelas en las que las librerías y los libros son parte fundamental de la historia; al fin y al cabo, los escritores son amantes de los libros y así queda reflejado en sus obras. Pero es que, además, he encontrado muchas novelas en las que las librerías y los libros son los verdaderos protagonistas

Para mí, este tipo de lectura es reconfortante; es como si estuviera con un amigo; es casa. Suelen relatar historias locas de gente que se quiere dedicar a ser librero, ¡qué disparate!, ¿verdad? O a lo mejor no tanto. Juzga por tí mismo. Por cierto que, en esta lista, el orden de los factores no altera el producto.

La librería ambulante, de Christopher Morley. El día en que el profesor Roger Mifflin se presenta en la granja Hellen McGill con la intención de venderle al hermano de esta una librería ambulante dispuesta en un carro tirado por un caballo, Helen decide ser ella misma quien la compre para evitar que su hermano vuelva a dejarla sola. Pero es que, además, se plantea que es hora de que ella se tome unas merecidas vacaciones después de quince años de entrega total a la granja y a su hermano y se marcha a vender libros por la América rural. 

En este libro los protagonistas son los libros, y hay un gran número de referencias y citas. Pero, si por algo se colocó en el top ten de mi lista de 2016 es porque en esta historia hay una persona que cambia de estilo de vida y emprende una aventura que, para más deleite mío, es una aventura con libros, y en itinerancia. Amantes de los libros y de los viajes, ¿qué más se puede pedir?

La librería del señor Livingstone, de Mónica Gutiérrez. Agnes Marti es una arqueóloga catalana en paro que decide trasladarse a Londres con el fin de encontrar ese trabajo que tanto desea. Su misión no le resultará fácil pero el camino la llevará por azar (y también un poco por su escaso sentido de la orientación) hasta la librería del señor Livingstone, un viejo librero gruñón adorable que busca un ayudante de librería de cuento.

Para los enamorados de la literatura, de los libros y de las librerías, esta novela es un paraíso. Contiene multitud de referencias a novelas y guiños a escritores en cada una de sus páginas. Y, sobre todo, refleja a la perfección el mundo literario y feel good de las novelas de Mónica Gutiérrez

La librería de las nuevas oportunidades, de Anjali Banerjee. Los ingredientes de esta novela son un cóctel para mí porque reúne tres de las cosas sobre las que más me gusta leer: hay libros, porque Jasmine, la protagonista, es una mujer de negocios que decide trasladarse al sitio en el que se crió, Shelter Island (Seattle), tras divorciarse para encargarse durante un mes de la librería de su tía Ruma; hay amor,  y es que durante toda la novela a Jasmine le llegan continuos mensajes de que no debe nunca dejar de creer en el amor y en la posibilidad de volver a enamorarse; y hay una persona que cambia su estilo de vida, que pasa de gestionar carteras de inversiones a regentar una librería. Si a esto le sumamos un puntito de magia, el resultado es una novela con la que disfrutar, y mucho.

La librería de los finales felices, de Katarina Bivald. Sara Lindqvist es una chica sueca que vive de forma solitaria entre sus libros. La pérdida de su trabajo en una librería coincide con la invitación de su amiga Amy Harris, con la que se cartea e intercambia libros, para que la visite en Broken Wheel, un pequeño pueblo de Iowa, en Estados Unidos. Sin embargo, el viaje que Sara había planeado se trastoca cuando, al llegar a Broken Wheel descubre que Amy, que es una anciana, acaba de morir. A partir de ese momento, Sara, que es bastante solitaria, tendrá que aprender a sentirse querida por los habitantes  de este pueblo que, a pesar de ser extraños, se comportan de manera muy hospitalaria.

Si hay algo que me gustó de este libro es la cantidad de reflexiones y de recomendaciones interesantes que aporta, sobre todo de literatura norteamericana.

La librería, de Penélope Fitzgerald. La protagonista de esta novela se llama Florence Green, es viuda y vive de forma modesta en Hardborough (Inglaterra), un pueblo pequeño y poco desarrollado, con pocos servicios y comercios, motivo por el que Florence pensó que sería buena idea abrir una librería. A buena parte de los habitantes del lugar, esta iniciativa les parece una locura y otros son bastante reticentes pero las ganas de la Florence pueden con todo.

La librería no es una novela que me encantara en su momento pero tiene dos cosas que me parecieron de lo más interesantes: la parte en que la autora decide empezar a vender Lolita, la obra de Vladimir Nabokov; y la otra es el personaje de la protagonista: una mujer pequeña, menuda, de hábitos predecibles y muy modesta. Pero tiene coraje, fuerza, valor, perseverancia, lealtad a sus ideas, a la vez que tolerancia y respeto por los demás.

Además de los cinco anteriores, aquí puedes encontrar más novelas sobre librerías. Y, porfa, si tienes alguna recomendación para mí, ¡déjamela en comentarios!

19 de febrero de 2019

[06/2019] El libro de sinazucar.org, de Antonio R. Estrada

Dice un refrán popular que a nadie le amarga un dulce. De hecho, hemos acostumbrado tanto nuestro paladar al sabor adictivo del azúcar que el gusto natural de algunas comidas incluso nos desagrada. ¿Has probado a hacer una salsa de tomate sin azúcar, a beber un vaso de leche con cacao natural, a comer un yogur natural sin nada más, o a tomarte unas fresas lavadas y punto? Yo reconozco que, antes de conocer el movimiento real food hace más o menos un año, no había probado ninguna de esas cuatro cosas, y tampoco era consciente de la cantidad de azúcar que ingerimos en el día a día sin apenas darnos cuenta. Pero, desde que empecé a fijarme en las etiquetas de los productos, comencé a preocuparme más por este tema.

Fíjate en la imagen que he colocado a continuación. Impacta, ¿verdad? Pues este es solo uno de los ejemplos que puedes encontrar en el libro, en la web y en la cuenta de Instagram de Antonio Antonio R. Estrada, el fotógrafo y nutricionista deportivo que está detrás de la iniciativa sinazucar.org, que pretende concienciar a los consumidores acerca de las ingentes cantidades de azúcar que contienen algunos de sus alimentos favoritos.

Un bote de Infusión digestiva infantil de Mercadona contiene el 90,1% de azúcar y un 4% de plantas.
Un bote de Infusión digestiva infantil de Mercadona contiene el 90,1% de azúcar y un 4% de plantas

Pero, ¿tan malo es el azúcar?

Tanto para los adultos como para los niños, el consumo de azúcares libres se debería reducir a menos del 10% de la ingesta calórica total y una reducción por debajo del 5% de la ingesta calórica total produciría beneficios adicionales para la salud (el consumo excesivo de azúcar puede provocar caries, sobrepeso, obesidad, diabetes y riesgo cardiovascular). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una dieta de adulto de alrededor de 2000 calorías diarias, el consumo de azúcar debería reducirse a menos de 25 gramos. “Esta cantidad supone unos seis terrores de azúcar, pero es que una sola lata de refresco ya lleva ocho”, explica Antonio. Por eso, en su cantidad justa no debería suponer un problema. Sin embargo, la cuestión es que actualmente consumimos tanto y de tan diversas maneras que ni siquiera nos damos cuenta. Es decir, tú puedes pensar que compras un paquete de azúcar en el súper y te dura meses en casa pero ese azúcar es el que tienes identificado y controlado. ¿Dónde está el otro? El “otro” está escondido en su mayor parte en los productos procesados que compramos, muchos de los cuales a veces incluso adquirimos convencidos de que son saludables.

En el Libro de sinazucar.org podrás descubrir dónde está ese azúcar que comemos y que apenas percibimos y, además, encontrarás alternativas sanas y saludables. Muchas veces comemos como lo hacemos por costumbre, hábitos y herencias pero, si quieres, lo necesitas o te apetece probar, se pueden hacer ciertos cambios.

En mi caso, desde hace casi un año he adoptado varios cambios y lo he notado sobre todo en el peso pero también en pequeños detalles que cada uno conocemos de nosotros mismos como, por ejemplo, estar menos pesada después de comer, no tener ansiedad cada vez que veo comida de cualquier tipo, menos dolores de cabeza y malestar físico,...

Creo que hacer este tipo de modificaciones después de años de costumbres arraigadas supone un esfuerzo pero me gusta afrontarlo de manera tolerante conmigo misma y con la gente que tengo alrededor. Los extremos, por exceso o por defecto, no me parecen sanos. Es decir, si voy de cumpleaños como tarta, porque me encanta. Pero he aprendido a disfrutar muchísimo comiendo fruta y frutos secos, algo que casi no hacía antes (podéis comprobarlo en mi Instagram). Pruebo todas las frutas de temporada porque, como dice @saludalosaludable_, "las frutas de temporada están preparadas para cubrir nuestras necesidades en función de las condiciones atmosféricas en que nos encontramos".

Y, como prueba de que este tipo de cambios no son rápidos, está mi experiencia con el cacao puro: ¡He tardado casi un año para que mi paladar se acostumbre al sabor de la leche con cacao sin nada de azúcar! Al principio, tenía que mezclarlo con Nesquick. Cuando se me acabó el Nesquick, le añadía un poco de azúcar, y así hasta que un día noté el placer de tomarlo solo con la leche.

Para conocer un poco más por qué pasan estas cosas y las alternativas que tenía a la hora de reducir el azúcar, el verano pasado le hice una entrevista a Antonio sobre el tema. Lo que hicimos fue repasar las comidas que hacemos a lo largo del día y buscar sustitutos porque, aunque al principio parezca difícil, alternativas hay, y bastantes.

Entrevista a Antonio R. Estrada, de sinazucar.org


Pregunta: Un desayuno típico: vaso de leche y cola cao con galletas o cereales, ¿cómo lo ves?

Respuesta: El problema del Cola Cao es que es cerca de un 80% azúcar. Al final, cada cucharada lleva poco cacao y mucho azúcar. Lo que estás añadiendo a la leche es azúcar y un poquito de cacao que le da color. Por otra parte, la mayoría de los cereales, llevan azúcar. Incluso los que no llevan azúcar, llevan edulcorantes. En el caso de las galletas debemos tener en cuenta que los nutricionistas lo consideran bollería. Al final, básicamente, son harinas, grasas y azúcar, como un croissant. Aunque no sea exactamente la misma formulación, no hay diferencia sustancial entre galleta y croissant. En las galletas sin azúcar, se sustituye el azúcar por edulcorantes, con lo cual te diría que las galletas hay que evitarlas y si las tomas de manera excepcional.

Una palmera de chocolate XXL (450g) tiene 132g de azúcar, equivalente a 33 terrones.
Una palmera de chocolate XXL (450g) tiene 132g de azúcar, equivalente a 33 terrones

En cuanto a los cereales, la mayoría de ellos tampoco tienen un gran valor nutricional porque son harinas refinadas y azúcares, o de nuevo edulcorantes. Con lo cual, imagínate, que a un tazón de leche le añades una cucharada de harina y otra de azúcar, lo revuelves,… y eso es lo que estás tomando cuando tomas cereales. Si quieres tomar cereales, mejor copos de avena como tal.

P: Y entonces, ¿qué desayuno?


R: Como alternativa, se puede utilizar cacao puro en polvo, que básicamente es cacao y ya está. El problema es que es un sabor más amargo. Si estamos acostumbrados al Cola Cao, el sabor que me va a dar el cacao puro en polvo es bastante más amargo, con lo cual hay que educar un poco el paladar. Se puede hacer de forma progresiva. Incluso hay gente que mezcla Cola Cao con el cacao puro en polvo para pasar progresivamente de un producto muy dulce a otro más amargo. Pero siempre hay que pensar como alternativas de desayuno algo que se aleje de lo tradicional. Se puede desayunar lo mismo que comerías en cualquier comida. Por ejemplo, un revuelto, huevos en tortilla, fruta, incluso restos de la cena anterior. Lo que pasa es que estamos acostumbrados a un sabor tradicional de desayunos tradicionales. Estamos ante un problema de educación y hábitos. Desde pequeños desayunamos una serie de productos que consideramos que son los esenciales para el desayuno. Sin embargo, en otros países no es así, no tiene por qué ser un desayuno basado en productos tradicionales. Puede ser un desayuno de algo que nos apetezca y que sea fácil de preparar. A veces una pieza de fruta cortada en trozos y huevos revueltos puede ser suficiente.

P: Estamos en verano, vamos a tomar el aperitivo y pedimos un refresco.


R: Los dietistas nutricionistas recomiendan evitar los refrescos por supuesto azucarados y también los tipo light y zero porque llevan edulcorantes y estos tienen un problema: pueden hacer que nos acostumbremos al sabor dulce, de tal forma que si de forma habitual tomamos refrescos edulcorados hace que nuestra sensación de dulzor disminuya y necesitemos sabores más intensos para satisfacer nuestro paladar. Eso hace que luego tengamos deseo de dulce. El problema no está en el refresco sino en que esto hace que desees otro tipo de alimentos dulces.

75g de Cacahuetes con Miel y Sal (Marca Eagle) tienen 10,5g de azúcar, equivalente a 2,6 terrones.
75g de Cacahuetes con Miel y Sal (Marca Eagle) tienen 10,5g de azúcar, equivalente a 2,6 terrones

P: Vale, ¿pues qué pido?


R: El deseo del dulce puede ser reducido acostumbrando al paladar a sabores menos dulces. Por ejemplo, cuando vayamos a tomar algo, podemos optar por un café con hielo e infusión tipo té verde con hielo y limón que tienen en cualquier cafetería y que no tiene por qué ser muy diferente de un refresco. Incluso, te puedes tomar una cerveza sin alcohol, porque está demostrado que no hay una cantidad de alcohol segura para el cuerpo. También te puedes tomar un zumo de tomate o agua, por qué no. Socialmente no está bien visto pero cada vez es más normal.

P: A la hora de comer, aparentemente, no hay azúcar a la vista, ¿o sí?


R: El peligro está generalmente en las comidas preparadas. El problema está en que en lugar de cocinar nosotros abrimos un producto ya cocinado comprado en el súper y lo calentamos. Por ejemplo, una lasaña. Esa lasaña no sabemos cómo está cocinada ni qué ingredientes tiene. Si le damos la vuelta al paquete descubriremos cómo muchos de estos productos llevan azúcar. Por ejemplo, la lasaña, como es un producto que lleva tomate, suele llevar azúcar muy por encima de lo que nosotros añadiríamos a la receta. Uno de los platos más consumidos en España según fuentes oficiales es la pizza, después de la ensalada. Por supuesto, una pizza comprada. Esos platos pueden llevar azúcar oculto. Una pizza barbacoa individual creo que tenía dos terrones de azúcar. Por tanto, es fundamental cocinar nosotros o, si consumimos platos preparados, leer bien las etiquetas.

Una pizza barbacoa individual tiene 17g de azúcar, equivalente a 4,2 terrones. Pizza analizada: Marca Palacios. Barbacoa para el microondas (Individual, 225g.
Una pizza barbacoa individual tiene 17g de azúcar, equivalente a 4,2 terrones. Pizza analizada: Marca Palacios. Barbacoa para el microondas (Individual, 225g

Lo mismo pasa con el tomate. Cada vez se hace menos en casa porque somos cómodos y vamos a algo rápido. Si tenemos que preparar pasta con tomate, compramos tomate ya hecho por no cocinarlo. Ese tomate frito muchas veces lleva gran cantidad de azúcar porque tiene un sabor más apetecible y además el azúcar actúa como conservante y al final hace que dure más en la nevera. Tiene mucho más azúcar de lo que nosotros le pondríamos si lo cocináramos.

P: Varias de las fotos que más me han impactado tenían que ver con productos infantiles. Dicen que con los petit suisse los niños se hacen más grandes y fuertes.

Un Maxi Petit de marca Hacendado contiene 12g de azúcar, equivalente a 3 terrones.
Un Maxi Petit de marca Hacendado contiene 12g de azúcar, equivalente a 3 terrones
R: Es importante la educación. Cuando un niño es muy pequeño, tenemos la opción de darle un yogur natural o azucarado. Muchas veces se les da un yogur azucarado, petit, o los destinados para niños. El bebé aprecia los sabores dulces y hará que se lo coma mejor. Pero cuantos más alimentos les demos de ese estilo, el paladar se acostumbra a lo dulce y rechaza lo demás. Además, cuanto más azúcar le das, más azúcar demanda.

Lo importante es evitar introducir alimentos azucarados de los más pequeños porque eso hará que ellos mismos demanden ese tipo de sabor.

P: Después de todo el día, llegas a casa por la noche, cenas y… te entra antojo de algo dulce.


R: Lo ideal es intentar recurrir a los alimentos dulces por naturaleza como son las frutas. Una pieza de fruta madura es dulce. Si lo tomamos de postre, saciamos esa necesidad de dulce. Si nosotros queremos un sabor dulce más intenso, podemos optar por las frutas desecadas como las pasas e incluso echándolo al yogur y unas nueces puede ser un postre saludable. Puede ser una forma sencilla de satisfacer la necesidad de dulce, que viene condicionada por el resto de alimentación. Si nosotros poco a poco retiramos el azúcar de nuestra dieta y alimentación diaria, tendremos cada vez menos necesidad de ese sabor dulce para quedarnos satisfechos después de la comida. Educación, hábitos, rutinas, todo forma parte de nuestro día a día. Si entramos en una espiral ascendente de consumo de azúcar, podemos acabar ingiriendo demasiado azúcar. También pasa lo mismo de manera contraria, si introducimos el azúcar de forma consciente y voluntaria, cada vez nos costará menos reducir a este tipo de productos, con lo cual la espiral descendente también ocurre.
Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis. Paracelso

11 de febrero de 2019

[05/2019] Divas rebeldes, de Cristina Morató

Este 2019 me ha dado fuerte con las biografías. Empecé con Marie Curie, seguí con un precioso libro ilustrado sobre Frida Kahlo y acabo de terminar con Divas rebeldes, de Cristina Morató. Este libro reúne en sus páginas las vidas de siete mujeres que destacaron de alguna manera el pasado siglo XX: Maria Callas, Coco Chanel, Wallis Simpson, Eva Perón, Barbara Hutton, Audrey Hepburn y Jackie Kennedy.

Antes de esta lectura, no conocía en profundidad a ninguna de ellas. De muchas, tenía ciertas referencias. Para comenzar, sabía de Maria Callas que había sido una importante soprano, pero ignoraba que tenía orígenes griegos y que nunca llegó a casarse con el amor de su vida, Aristóteles Onassis. De Coco Chanel, evidentemente, conocía que fue una de las diseñadoras de moda más influyentes del siglo XX, pero nada sobre sus orígenes humildes. De Wallis Simpson y de Barbara Hutton apenas tenía información, y solo tras leer el libro supe que la primera podría haber sido la reina de Inglaterra y que la segunda fue una de las mujeres más ricas del mundo y que murió prácticamente arruinada. Por otro lado, sabía la influencia de Eva Perón sobre el pueblo argentino pero no conocía sus inicios como actriz hasta que conociera a Juan Domingo Perón.

Las otras dos mujeres las dejo para el final porque sus historias son las que más me han gustado. Audrey Hepburn fue una actriz muy conocida y aclamada por el público por películas como Vacaciones en Roma, Sabrina o Desayuno con diamantes, pero esa parte solo es la zona visible del iceberg. Audrey Hepburn fue una niña abandonada por su padre, que sufrió en su cuerpo las miserias de la Segunda Guerra Mundial y una bailarina frustrada. Su llegada a la gran pantalla fue un tanto casual, pero triunfó. Era una mujer equilibrada a la que la fama no se le subió a la cabeza y que tuvo claro su papel de madre. Buscó siempre el amor tradicional en torno a una familia y solo lo consiguió en su vejez. A pesar de todo, supo disfrutarlo. De ella me ha gustado mucho su equilibrio y sus tomas de decisiones.

El capítulo dedicado a Jackie Kennedy se me ha quedado corto. Empecé a leer sobre su vida con algunos prejuicios pero, ¡lo que sufrió esa primera dama! Era una mujer formada, culta y muy profesional (ejerció como periodista durante años). Sin embargo, se la conoció por ser la mujer de  John Fitzgerald Kennedy (y después de Aristóteles Onassis). La relación con el que fuera presidente de los EEUU estuvo marcada por la lejanía de él en momentos muy duros para ella y por las constantes amantes que él tenía. Pero Jackie le cuidó en su enfermedad, le dio dos hijos a pesar de sus fatales experiencias con la maternidad, le ayudó en su carrera a la Casa Blanca y le acompañó hasta el final.

Entre las siete mujeres hay rasgos en común que me han impresionado. Por ejemplo, el origen humilde de la mayoría (Maria Callas, Coco Chanel, Wallis Simpson, Eva Perón y Audrey Hepburn) y cómo lograron zigzaguear hasta conseguir ser lo que eran. Por otro lado, me impresionó lo dura que fue para ellas la maternidad y los abortos que sufrieron. Y, sobre todo, con lo que más he sufrido ha sido con esas relaciones tormentosas que las hicieron infelices en muchos momentos de sus vidas. Y no solo con sus parejas, también con sus padres.

Debido a esto último, he estado reflexionando sobre el concepto de amor líquido creado por el sociólogo polaco Zygmunt Baumant, mediante el que describe las relaciones interpersonales que se desarrollan en la posmodernidad, caracterizadas por la falta de solidez, calidez y por una tendencia a ser cada vez más fugaces, superficiales, etéreas y con menor compromiso. Y es que, de las biografías que he leído últimamente (todas de mujeres del siglo XX, excepto Marie Curie) he echado de menos el amor y el respeto por las parejas. Y no me refiero a un amor romántico y para toda la vida. No. Me refiero a parejas sanas, que se admiren, que se quieran y se respeten durante el tiempo que dure la relación. Me refiero a un amor de este otro tipo. ¿Puede que ya no existan más?

Biblioterapia


Este libro está recomendado para lectores que quieran iniciarse en las biografías y para quienes busquen inspiración en las historias de mujeres que cambiaron marcaron tendencia en el siglo XX. Para mí, las biografías sirven también para conocer y entender otras formas de vivir.

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6 de febrero de 2019

[11] Los 10 libros que más me han influido en los últimos años

Desde que abrí este blog a finales de 2014, las cosas me han cambiado mucho. Si me paro a pensarlo, solo son cuatro años de mis 35, pero en este tiempo he avanzado más que nunca en mi vida. Y no me refiero a importantes cuestiones terrenales, no; de esas ha habido más bien pocas. Me refiero a grandes cambios dentro de mí.

En los últimos años he vivido la ruptura del seno de mi familia, he tenido que reinventarme a mí misma, eliminar viejos patrones y encontrar nuevos, crecer con mi pareja, buscar un hueco propio en el que sentirme identificada y aceptarme tal como soy. Gracias a todas estas experiencias, la mayor parte de ellas en forma de palo emocional, creo que he logrado conocerme mejor y alinearme conmigo misma.

Desde luego, ha habido mucho trabajo interno, ayuda de seres queridos y sesiones de terapia, pero nunca lo hubiera conseguido sin los libros. Ellos me han dado refugio, respuestas, otras perspectivas, nuevas formas de ver la vida y amor incondicional. Son muchas las lecturas que me han ayudado en este recorrido pero sin esta selección de 10 no podría entenderme en la actualidad. En todas ellas queda reflejado al menos uno de los pilares imprescindibles sobre los que me sostengo: mujer, familia, amor, amistad, evolución, feel good, experiencias, viajes, periodismo, enseñanza, lectura, sostenibilidad  y vida sencilla.
  • Salvaje, de Cheryl Strayed. Este relato de un viaje salvaje y solitario por un camino inhóspito es de lo mejor que me ha pasado en los últimos tiempos. La fuerza de una mujer sola y perdida con ganas de encontrar el sentido a su vida me hace sentir el poder del ser humano frente a la adversidad y de que, a pesar del esfuerzo, el resultado final es muy grande.
  • Días de viaje, de Aniko Villalba. Gracias al blog de esta escritora y a sus libros, logré superar uno de los miedos que había ido arrastrando a lo largo de los años: el miedo a viajar. Ella me enseñó a ver los viajes desde una perspectiva diferente. Y no es que hiciera la mochila y saliera a ver mundo como si nada hubiera pasado. No. Pero empecé a dar pequeños pasos en firme, de esos que intuyes que va a salir algo muy bueno
  • Brooklyn Follies, de Paul Auster. Este libro me demostró, a través de la experiencia vital de sus personajes, que es posible (¡qué digo posible, es obligatorio!) poner vida a los años, aunque sea en la última etapa vital.
  • Una madre, de Alejandro Palomas. Hablando con el autor en la Feria del Libro de Madrid de 2016 le dije: "Es imposible escribir sobre los sentimientos que he leído en tu libro sin haberlos vivido antes". En Una madre sentí con la familia de Amalia como si fuera la mía y, de hecho, pude hacer catarsis y comprender muchas de las cosas que habían pasado en mi propia familia en el último año.
  • Los interesantes, de Meg Wolitzer. Adoro esta novela porque analiza la manera en la que te planteas tu propia vida cuando tienes 15 años y cómo esas expectativas van transformándose conforme avanzan los años. Es la evolución de la vida tal cual, sin azúcar añadido: no serás lo que tenían proyectado tus padres para ti; ni siquiera serás lo que tú habías proyectado para ti, sino que tu camino se irá escribiendo conforme avances y dependerá de muchos factores.
  • Todas las familias son psicóticas, de Douglas Coupland. Si pensáis que vuestra familia es peculiar, tenéis razón, pero tenéis que leer las aventuras y desventuras de la familia Drummond para comprobar que donde lo hay malo lo hay peor. Si tenéis problemas familiares, después de leer este libro, os parecerá que lo vuestro es un cuento de gatitos.
  • Señora de rojo sobre fondo gris, de Miguel Delibes. Cuando leí esta novela quería que solo fuese para mí y que nadie más la leyese. Habla del amor, pero no del amor romántico, perfecto y con final feliz que nos intentan colar por todos lados. No. Habla del amor cotidiano y sencillo mezclado con las cosas de la vida. Habla de una relación forjada entre los hijos, el trabajo,  la familia, el día a día, las personalidades, la enfermedad, la incondicionalidad y la muerte.
  • Historia de una maestra, de Josefina Aldecoa. Mi profesión frustrada es la de maestra. Una decisión precipitada me llevó a estudiar periodismo y lo de enseñar me ha quedado como una espinita en el corazón. Por eso este libro me llegó tan adentro. Muchos de los valores relacionados con la educación de los que se hablan en las páginas de Historia de una maestra, son los míos propios.
  • Sostiene Pereira, de Antonio Tabucci. Este libro es con el que empecé, de nuevo, una relación estable y madura con la lectura. Y surgió hablando con unas compañeras en el trabajo. Y fue el que marcó un nuevo hito en mi vida. Por eso le tengo tanto cariño. Además, habla del periodismo en un momento difícil de la historia de Portugal. Y yo soy periodista y, aunque a veces reniegue, sé que, en el fondo, la profesión la llevo dentro.
  • The year of less, de Cait Flanders. En los últimos dos años, la sostenibilidad y la vida sencilla son un must en mi formade vida: menos consumo, menos plástico, mejor alimientación, vida más sencilla y centrada en necesitar menos. He de decir que me encantan las historias de vida y que esta de Cait Flanders inspiró muchísimo. Y, además, cumple uno de mis principales objetivos de lectura: leer en inglés.

20 de enero de 2019

[02/2019] Bajo el cielo de Dublín, de Maeve Binchy

Cuando abro un libro, rápidamente sé si me va a enganchar o no. Los principios, para mí, son importantes, porque si no me atraen lo suficiente, la experiencia puede acabar en fracaso. En el caso de Bajo el cielo de Dublín, de Maeve Binchy, la premisa de partida es atrapadora, a pesar de que, en sí, el libro al completo no parece muy prometedor.

Estela es una madre soltera con una historia delicada: le quedan pocas semanas para dar a luz y también para morir, lo que significa que tiene que buscar al padre de su hija para que se haga cargo de ella. Y resulta  que el padre es Noel, un joven perdido, alcohólico, con un trabajo que aborrece y un futuro gris. Cualquiera diría que no está preparado para criar a un bebé pero, ¿acaso es mejor dejar a la niña en manos de los servicios sociales?

Moira, la asistente social, diría que sí, que esa niña debería criarse con una buena familia, bien atendida, pero el entorno de Noel no está dispuesto a dejar que eso pase: sus padres, sus vecinos, sus amigos y, sobre todo, su prima, la recién llegada, Emily, van a conseguir no solo que Noel cuide de la pequeña Frankie, sino que cambie la perspectiva de su futuro por otro más prometedor.

De nuevo, como me pasó con Una semana en invierno, otro libro de la autora, esta novela se convierte en una obra coral, repleta de personajes que cooperan por el bien de la comunidad y que conforman una gran familia. También en esta novela, como en la anterior, Maeve Binchy reflexiona acerca del paso de los años y de cómo evoluciona la vida. Pero, sobre todo, te hace ser consciente de cómo puede cambiarte la vida en un momento y de que es posible sacarle el lado positivo a una situación que, en principio, parece desastrosa.

Biblioterapia


Este libro está recomendado para lectores que quieran buscarle otra lectura a un acontecimiento inesperado en sus vidas e incluso ponerla a su favor. También para aquellos que encuentren sentido en el apoyo de una comunidad de personas que cooperan por el bienestar común de todos.

Esta novela también está indicada para echar el freno y leer lento. Como otras novelas de la misma autora, estamos ante un libro dinámico en cuanto a personajes e historias pero lento en cuanto a la manera en que viven.

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